¿Por qué un impuesto a los coches chinos?
La Comisión Europea ha revelado los resultados de su investigación sobre los vehículos eléctricos chinos, diciendo que los fabricantes se benefician de subsidios injustos, incluidos subsidios fiscales y tasas de interés favorables. Estos subsidios permiten a los fabricantes chinos inundar el mercado europeo con precios muy bajos, lo que amenaza a los productores europeos. Actualmente, los coches chinos tributan al 10%, un tipo que podría aumentar hasta el 50% para algunas empresas.
La decisión europea se produce en un contexto de crecientes tensiones comerciales con China, que intenta establecerse en el mercado europeo vendiendo vehículos a precios competitivos gracias a estas subvenciones. Esta situación llevó a la Comisión Europea a proponer derechos de aduana adicionales de hasta el 38,1%, una medida inspirada en las sanciones estadounidenses contra los vehículos chinos.
Los cambios planeados
Se espera que los nuevos impuestos aduaneros entren en vigor de forma provisional a partir del 5 de julio, con un plazo de cuatro meses para concretar estos derechos. Bruselas prevé aplicar derechos compensatorios del 17,4% al fabricante BYD, del 20% a Geely y del 38,1% a SAIC. A los constructores que cooperaron con la investigación se les cobrará un impuesto promedio del 21%, mientras que aquellos que se negaron a cooperar se enfrentarán a impuestos más altos.
El impacto de estas medidas será significativo para las empresas chinas, que verán sus vehículos gravados hasta en un 50%. Por ejemplo, SAIC, propietaria de la marca MG, se verá muy afectada por unos derechos de aduana acumulados del 48,1%, incluido el 10% básico más un recargo del 38,1%.
Reacciones y consecuencias
La respuesta de China no se hizo esperar. El Ministerio de Comercio de China calificó la medida de “proteccionista” y amenazó con tomar medidas para defender sus negocios. La Cámara de Comercio de China en la UE también expresó su descontento y calificó la investigación de “caza de brujas”.
En Europa, las reacciones son encontradas. Algunas capitales, como Berlín, están preocupadas por las represalias chinas y las repercusiones en su propia industria automotriz, que depende en gran medida de las exportaciones a China.. Otros, como París y Madrid, apoyan firmemente estas medidas para proteger los intereses europeos.
Perspectivas y desafíos
La introducción de estos nuevos impuestos tiene como objetivo reequilibrar el mercado y proteger los puestos de trabajo en la industria automovilística europea. Sin embargo, la medida podría exacerbar las tensiones comerciales entre la UE y China. Los fabricantes europeos temen medidas de represalia por parte de Pekín, sobre todo en otros sectores estratégicos como las energías renovables y las baterías..
Las conversaciones entre Bruselas y Pekín serán cruciales en los próximos meses para intentar resolver este conflicto y establecer igualdad de condiciones para todos los actores del mercado del automóvil.