Tras la retirada de los transbordadores espaciales, la NASA recurrió a empresas estadounidenses para que proporcionaran transporte a los astronautas. Mientras que SpaceX, fundada por Elon Musk, ha completado con éxito nueve misiones tripuladas para la NASA desde 2020, Boeing solo ha realizado dos vuelos de prueba sin tripulación.
“No hay duda al respecto, pero ya estamos aquí”, reconoció Mark Nappi, director del programa de Boeing, expresando su deseo de que Starliner estuviera más avanzado en su desarrollo.
La tan esperada misión de demostración tripulada está programada para su lanzamiento el lunes por la noche. Si el vuelo de prueba se desarrolla sin problemas, la NASA planea alternar entre Boeing y SpaceX para el futuro transporte de astronautas hacia y desde la estación espacial.
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La cápsula Starliner, adornada en blanco con detalles en negro y azul, mide aproximadamente 10 pies (3 metros) de alto y 15 pies (4,5 metros) de diámetro. Tiene capacidad para albergar hasta siete personas, aunque las tripulaciones de la NASA suelen estar formadas por cuatro miembros. El nombre de la cápsula, elegido hace casi una década, es un guiño a la anterior Stratoliner de Boeing y al actual avión Dreamliner.
Los capitanes retirados de la Armada y los astronautas veteranos de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams, que han pasado meses a bordo de la estación espacial en el pasado, estarán al mando de este vuelo de prueba. Intervinieron después de que el equipo original tuvo que retirarse debido a los crecientes retrasos.
Wilmore, de 61 años, es oriundo de Mount Juliet, Tennessee, y es ex piloto de combate, mientras que Williams, de 58 años, de Needham, Massachusetts, es piloto de helicóptero. Ambos han estado estrechamente involucrados en el desarrollo de la cápsula Starliner y confían en su preparación para esta misión.