Es el turno de los hombres de romper el silencio.

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Violencia sexual

#MeTooGarçons: Es el turno de los hombres de romper el silencio

Cada vez son más los testimonios de hombres que sufrieron agresiones durante su juventud. ¿Por qué este movimiento tardó tanto en afianzarse?

Publicado hoy a las 10:00 am.

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En resumen:
  • Brendan Fraser y Aurélien Wiik revelan haber sido víctimas de violencia sexual.
  • El hashtag #MeTooGarçons promueve los testimonios masculinos en las redes sociales.
  • Los estereotipos de masculinidad dificultan el reconocimiento como víctima.
  • La reforma penal suiza amplía la definición legal de violación en 2024.

Este artículo del 25 de marzo de 2024 fue importado de Femina.ch y republicado en nuestro sitio el 7 de enero de 2025.

Una fotografía de un niño con un fino bigote probablemente dibujada con un rotulador, todo ello acompañado del siguiente texto: “De los 11 a los 15 años, fui abusado por mi agente y por otros miembros de mi entorno. Me quejé cuando tenía 16 años porque él se lo hacía a otros”. Así reveló el actor francés Aurélien Wiik, hoy de 43 años, el 22 de febrero de 2024 en una historia de Instagram la violencia sexual que vivió en su infancia.

Desde entonces, los testimonios se han multiplicado en las redes gracias al hashtag #MeTooGarçons creado por el artista. En el mundo de la cultura, como entre los anónimos, los hombres denuncian. Otro ejemplo sonado: el del exprofesor de la Star Academy Yanis Marshall, que acusa al coreógrafo de Popstars, Bruno Vandelli, de haberlo agredido durante su adolescencia.

Un movimiento que llevó tiempo

Si hoy los hombres logran hablar sobre las agresiones sexuales que sufrieron en su juventud, hablar abiertamente aún ha tardado en democratizarse. “Esta no es la primera vez que se reporta este tipo de violencia. En los años 90, las historias de abuso infantil hicieron correr mucha tinta”, explica David Saltiel, consultor de género, especialista en masculinidades y fundador de Ouimen. Añade que más tarde, en la década de 2000, algunos jóvenes denunciaron abusos en el mundo del deporte.

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Sólo queda que sea la ola #MeToo, nacida en 2017, la que ha contribuido en gran medida a visibilizar el problema a gran escala. Pero entonces, ¿por qué ocurre #MeTooGarçons casi siete años después? Para Aymeric Dallinge, especialista en diversidad y violencia y locutor del programa As de Cœur, varios elementos explican esta lentitud. “En primer lugar, me parece importante precisar que cuando llegó el movimiento #MeToo se trataba de dar cabida a las mujeres víctimas, ya que sus palabras siguen siendo todavía demasiado invisibles en la sociedad. Entonces, ser consciente de que has sido víctima de violencia sexual puede llevar tiempo. Finalmente, dado que los estereotipos de género siguen muy presentes, los hombres pueden tener más dificultades para reconocerse como víctimas y hablar de ello”.

Mandamientos perjudiciales

Incluso hoy en día, los mandatos a la masculinidad siguen plagados de consecuencias. En nuestra sociedad patriarcal, los hombres se ven obligados a ser fuertes, decididos o incluso deseosos de tener relaciones íntimas. De hecho, como explica el sociólogo Sébastien Chauvin en un artículo del diario Tiempo: “Cuando los hombres denuncien veinte años después una agresión cometida por otro hombre, será más difícil que sean escuchados si son homosexuales porque, a través de la homofobia, se asumirá su consentimiento por defecto”. Por el contrario, el experto señala que cuando los hombres son víctimas de las mujeres, se les toma menos en serio. Tantos juicios de valor – internalizados o no – que impiden a los hombres asumir un estatus de víctimas potenciales. “A menudo preferimos imaginarlos como depredadores. Además, ser una víctima masculina implica potencialmente ver su virilidad puesta en duda”, indica Aymeric Dallinge.

¿Qué pasa con los atacantes? “Como se muestra las obras Según la socióloga Lucie Wicky, el 90% de los perpetradores de violencia sexual son hombres”, señala David Saltiel. Aunque existen ataques cometidos por mujeres, siguen siendo raros. “Además, poner de relieve estos casos tan minoritarios sirve al discurso masculinista para decir: “Mira, los hombres no son los únicos agresores, y las mujeres no son las únicas víctimas, de hecho una de ellas me ‘mete la mano en las nalgas’”, explica Sébastien Chauvin a Le Temps.

Poca solidaridad masculina

Incluso si la causa avanza, está claro que todavía queda trabajo por hacer. ¿Algo que nos permita avanzar? Iniciar un cambio en las instituciones que supuestamente acogen las palabras de las víctimas. “Además de que todavía hay muy pocos espacios para que los hombres hablen sobre violencia sexual, cuando acudimos a la policía o a los tribunales, generalmente no nos escuchan”, afirma David Saltiel. Idealmente, sería necesario que hubiera reformas y capacitación especialmente centrada en el consentimiento”.

Sin embargo, todavía hoy en Suiza los hombres no pueden ser reconocidos legalmente como víctimas de violación. Afortunadamente, a principios de 2024, el Consejo Federal fijó la entrada en vigor de la nueva ley penal en materia sexual, con su nueva definición de violación, para el 1 de julio de 2024. A partir de entonces, cualquier penetración no consentida, ya sea La violación oral, vaginal o anal, realizada a un hombre o a una mujer, será considerada violación.

Este discurso podría llevar a otros. Y según Aymeric Dallinge, #MeTooHommes sería el siguiente paso a conseguir. Como el actor estadounidense Brendan Fraser, que reveló que había sido víctima de Philip Berk, ex presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, cuando tenía 35 años, los hombres también deberían poder denunciar la violencia sufrida en la edad adulta.

Por último, según Aymeric Dallinge, paralelamente a los avances en el ámbito legislativo, por ejemplo, es absolutamente imprescindible deconstruir ciertos clichés que impiden a las víctimas masculinas expresarse, pero también concienciar sobre una mayor empatía entre los hombres.

Si el movimiento #MeToo ha inspirado a un gran número de mujeres a apoyarse mutuamente, la solidaridad masculina parece ausente del debate cuando un hombre denuncia haber sido víctima de violencia sexual: “Debemos atrevernos a decir cosas y sobre todo poder contar sobre un apoyo familiar, amigable y por supuesto profesional, especifica la especialista en diversidad y violencia. Además, me parece importante practicar la prevención, atreverse a poner los propios límites, inculcar el respeto por ellos y por el cuerpo de cada uno. Ésta es la clave para esperar una posible cura para esta sociedad enferma”.

Valentina San Martín es periodista responsable de la sección Belleza dentro de la división Vibraciones. Licenciada en Letras y Ciencias Sociales por la Universidad de Lausana, también se interesa por los temas sociales y la cultura pop. Anteriormente colaboró ​​con varios medios, entre ellos Blick y 20 Minutos, donde lanzó y condujo diversos proyectos digitales como la serie “Te explico por qué”.Más información @ValSanMar

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