Es invierno en Sokcho, un pequeño pueblo coreano congelado por la nieve y un viento helado. Aquí todo parece estar dormido, incluso la joven Soo-Ha, que divide su tiempo entre la pensión en la que trabaja, las visitas a su madre, comerciante de pescado, y una relación con un joven que poco a poco se desvanece. La llegada de un diseñador francés, Yan Kerrand, trastoca su vida llena de incertidumbres, de cuestiones de parentesco y de identidad. Él, silencioso, absorto en su arte y como en otro mundo; ella, aturdida por un espíritu romántico, fascinada por los misterios de este nuevo hombre venido de otro lado, que hace crecer en ella un deseo no correspondido.
Sokcho, un personaje por derecho propio
Koya Kamura, con esta adaptación de la novela homónima de Élisa Shua Dusapin, firma una obra atmosférica, helada por el invierno coreano. Sokcho y sus paisajes son un personaje en sí mismos: el balneario desierto refleja lo no dicho y las vacilaciones de los jóvenes Soo-Ha y Yan, los impecables Bella Kim y Roschdy Zem.
Atracción unidireccional
Las relaciones de estos dos personajes se desarrollan en una sensualidad conmovida, miradas, gestos suspendidos. Entre estas dos almas melancólicas, una perturbación, un éxtasis y una gracia. La ambigüedad es la palabra clave. La observación y el sentimiento son fundamentales, pero en realidad todos los sentidos están despiertos. La cocina, omnipresente, es un lenguaje en sí mismo: Soo-Ha prepara platos con una precisión que roza el deseo. Quiere que Kerrand lo pruebe, que entre en su mundo, pero él permanece alejado, absorto en sus dibujos, en una búsqueda que parece alejarlo de todo, incluida ella.
Los interludios de animación, firmados por Agnès Patron, añaden una dimensión onírica. Dibujan en la pantalla las emociones difusas de Soo-Ha, sus impulsos internos, sus dudas. Una línea que se traza, una gota que cae, emergen fragmentos de su subconsciente. Entre el frío afuera y los deseos silenciosos, Invierno en Sokcho está delicadamente suspendido, relatando lo efímero de un encuentro y la pacífica belleza de un momento congelado en el tiempo.
Invierno en Sokcho Por Koya Kamura. En cines a partir de este miércoles 8 de enero. Duración: 1 hora 45 minutos.