Los estudiantes de la escuela secundaria de Papaïchton enfrentan las dificultades de calor y transporte.

Los estudiantes de la escuela secundaria de Papaïchton enfrentan las dificultades de calor y transporte.
Los estudiantes de la escuela secundaria de Papaïchton enfrentan las dificultades de calor y transporte.
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La sequía impacta a las comunidades ribereñas y en particular a las escuelas. En Papaïchton, los estudiantes de Loca y Boniville tardan más en incorporarse a la universidad. En las aulas a veces llega a los 40 grados. A veces les cortan el agua y la electricidad. La enfermera de la escuela, los profesores y el director se movilizan para mantener abierta la escuela.

El sol aún no ha salido en Maroni. Son las 6 de la mañana cuando los estudiantes de Loca suben a las canoas que los llevarán al colegio Papaichton. El nivel del río es bajo.

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El recinto de la Loca, por la mañana a orillas del Maroni

©Laura Philippon

“Pasa que la canoa se inclina mucho, a veces nos quedamos atrapados en las piedras, tenemos miedo”dice Sybella, estudiante de tercer grado en la escuela secundaria Papaichton.

De los 228 alumnos de la escuela, 65 vienen cada mañana en canoa desde Loca y Boniville. Al igual que sus camaradas, Sybella ve bajar el nivel del río todos los días. Antes se tardaban unos cuarenta minutos en llegar a la escuela desde Loca, ahora se tarda casi una hora en canoa.

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Maroni en su nivel más bajo

©Laura Philippon

La sequía también significa un clima muy caluroso en las aulas universitarias. “Por la tarde los alumnos se quedan dormidos porque hace mucho calor, además hay frecuentes cortes de luz y los ventiladores se paran por lo que hace mucho calor”dice Ahamada Saindou, profesora de la Universidad Papaichton.

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Ahamada Saindou, profesora del Papaichton College.

©Laura Philippon

Los cortes de energía en el pueblo se deben a las dificultades en el suministro de combustible, que además ya no llega en canoa al pueblo. “A veces tenemos que salir de clase con los alumnos para tomar el aire libre, es un infierno” continúa el profesor.

En la sala contigua, Stéphanie Trouilloud, profesora, evalúa a los alumnos de secundaria. “Con este calor la concentración de los alumnos es limitada, no podemos enseñar con normalidad, no podemos preguntarles lo mismo, por eso adaptamos el trabajo según los momentos del día”explica.

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El aula de la señora Trouilloud

©Laura Philippon

Para el director del colegio, el objetivo es hacer todo lo posible para permanecer abierto y seguir acogiendo a los estudiantes a pesar de las dificultades. “Debemos garantizar la educación y la misión de servicio público, mientras tengamos agua, podremos acomodar a los estudiantes, pero cuando los recortes duran demasiado nos vemos obligados a enviarlos a casa”, explica el director. Por otro lado, si el colegio ya no tuviera ningún suministro de agua, nos veríamos obligados a cerrar o tomar medidas para restringir el horario del establecimiento”.

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El colegio Papaïchton

©Laura Philippon

También en casa, los estudiantes deben adaptarse a los cortes de agua desde las 20.00 hasta las 6.00 horas en todo el pueblo. En la escuela secundaria, Tania Cabos, la enfermera de la escuela, los anima a beber mucha agua cuando puedan. “Necesitan hidratarse porque algunos se quejan de dolores de cabeza”, explica la enfermera. La suciedad y el polvo también provocan cada vez más problemas respiratorios. Los estudiantes tienen asma. ».

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En la enfermería de la escuela

©Laura Philippon

Hasta la fecha, la situación sigue siendo manejable para mantener abierta la universidad, asegura el director. A diferencia de Grand Santi, donde la universidad corre el riesgo de cerrar porque los piragüistas apenas pueden viajar por el río.
Las escuelas de Antecume-Pata y Pidima ya han sido cerrados.

Los responsables de los establecimientos educativos de Maroni participan todas las mañanas en reuniones de crisis con el rectorado.

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El bajísimo nivel del río Maroni

©Laura Philippon

En caso de que se detuviera el transporte en canoa de los 65 estudiantes de Loca y Boniville, el director del colegio Papaichton ya está preparando soluciones. “La continuidad pedagógica, ya vivida en 2020 con el Covid, podría restablecerse, ya sea a distancia o enviando los deberes por correo”explica el director. También está considerando trasladar cursos y profesores a Loca.

Según él, hay que hacer todo lo posible para que los estudiantes continúen sus estudios a pesar de las consecuencias de la sequía.

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