Campañol rebarba Christian Combaz

Campañol rebarba Christian Combaz
Campañol rebarba Christian Combaz
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Una pequeña joya de crónica…

En el pueblo imaginario de Campagnol, en algún lugar del profundo suroeste, nos encontramos con una hermosa variedad de personajes pintorescos como Bernard, el antiguo monje que curaba mediante la imposición de manos, y su ama de llaves Suzanne, una talentosa pianista autodidacta de la que se sospecha erróneamente Siendo lesbiana, la abonada al “Mundo”, tan conformista como pretenciosa, por eso, del lado del mango en el que está sentado, Hervé, el brillante programador, capaz de bloquear todo el gran mundo global. bazar en unos pocos clics, Gustave, el librero anarquista, Léon, el médium adivino que calcula raíces cuadradas en tres segundos y tiene destellos sobre el futuro, Vladimir, el joven ucraniano que llegó al pueblo a los seis años con su madre, Christiane , la psiquiatra, expulsada del hospital por rechazar la inyección, Maud, la propietaria de un club nocturno en la costa del Languedoc, cerca de los lugares donde la pseudoélite llega a decaer, Francesca, la silenciosa, el barón de Rainart, antiguo servicio especial y habitual en consejos de administración y gabinetes secretos de “defensa”, y su sobrino Martial, un politécnico borracho, todos ya tienen su servilletero en la famosa saga de vídeos semanales que comenzó en TVL. Continuó en YouTube y continúa a pesar de la censura en Odyssey. Se añaden “nuevos personajes”, entre ellos un tal Herbert Héry, un ex legionario, violento, mentalmente limitado, drogado, obsesionado por el mal y los robots, que primero por su felicidad, luego por su decadencia final, se parece línea por línea a un jovencísimo. presidente que quería “cabrear a los no vacunados”. Porque toda esta historia tiene lugar durante el grotesco y sin embargo trágico episodio de la crisis sanitaria…
“Rebarbe à Campagnol” se presenta como una crónica de pueblo encantadora, colorida y estimulante. El estilo es tan vivaz, vivaz y de tal calidad que el libro no se puede leer, ¡se puede devorar en un solo día! Campagnol es un microcosmos lleno de vida que Christian Combaz estudia a la manera de un etnólogo filosófico y moralista. De este pequeño mundo presa de toda la locura de nuestra actualidad, extrae una fábula, una parábola divertida sin dejar de ser sumiso. Esto lo lleva a todo tipo de conclusiones y lecciones sobre las realidades de nuestro país, de nuestro mundo e incluso sobre cuestiones planetarias, escatológicas e incluso apocalípticas de una escala completamente diferente. Así va de lo más pequeño a lo más grande y de lo particular a lo general con notable destreza, clarividencia e intuición. Todos los personajes de este pequeño mundo merecen el desvío. Si Herbert provoca más lástima que envidia, la arribista Elsa Picq, con los dientes rascando el suelo, ex empleada de banco convertida en poco tiempo en agregada parlamentaria y de paso en diputada del partido presidencial gracias al ascenso al sofá, señala el periódico caricatura más chirriante y deliciosa, ya que es el prototipo perfecto de pequeños peronelles perfectamente inútiles, que fueron impulsados ​​a las más altas responsabilidades por el capricho del monarca republicano. El autor también habla de “redes de poder basadas en prácticas sexuales”. En este libro, a la vez trágico y optimista, leemos en la contraportada: “conocemos la leyenda de Rennes-le-Château, tocamos el tema del Gran Monarca, evocamos a Luis XVII. » Todo un programa. Los habituales de “Vampagnol” apreciarán plenamente este trabajo brillante y amigable y otros no deberían perderse esta pequeña joya de inteligencia y humor. Sólo los seguidores de un pensamiento único, “suscriptores de “World”, podrán desviarse…

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