Después de seis semanas de cierre, la actividad se reanudó el lunes 6 de enero en la fábrica de Michelin en Blavozy, en Alto Loira. “La actividad se reinicia con fuerza hasta el miércoles. Lo que significa que poco a poco vamos retomando las diferentes etapas que van desde la preparación, hasta la elaboración y la cocción. Se espera que la producción normal se recupere a finales de esta semana”, explica Hervé Bancel, representante del sindicato CGT en Blavozy.
Ante una “caída cíclica de los pedidos”, la fábrica del grupo de Auvernia, especializada en la fabricación de neumáticos para la construcción civil, se vio obligada a colocar a sus empleados en paro parcial. Los 500 empleados del sitio reciben durante este período un salario equivalente al 72% de su remuneración bruta.
Preocupaciones entre los empleados
Si el industrial de Bibendum (132.000 empleados en todo el mundo, 28.300 millones de euros de facturación) ha utilizado varias veces desde 2020 paros de producción y desempleo parcial para parar su sede en Altiligère (se habían previsto tres semanas a finales de 2023), la situación actual parece preocupar a los empleados. un poquito más.
“Tenemos una previsión de producción para el año 2025 que es aproximadamente idéntica a la de 2024, que ya estaba por detrás de la de 2023. Partimos con tonelajes bastante bajos. Esperamos que las previsiones se revisen un poco en el futuro. aumentará con una reanudación de la actividad en el segundo semestre del año, pero la preocupación sigue siendo la que prevalece”, confía Hervé Bancel.
Un sitio funcionando al 60% de su capacidad
Y con razón, “la producción está funcionando al 60% de lo que podríamos hacer con nuestro nuevo proceso de fabricación. Con el viejo sistema producíamos el doble de lo que producimos hoy”, cree el delegado sindical de la CGT.
La planta de Michelin en Altiligère ha implementado en los últimos años una nueva tecnología de fabricación que, según Hervé Bancel, no está exenta de impacto en las necesidades de mano de obra. Llamado Osiris, este proyecto de modernización y automatización de la producción, lanzado en 2021, movilizó un presupuesto de 32 millones de euros. La clave son las reducciones en el consumo de energía (-10%) y la producción más limpia (-8% de CO2), pero también los efectos colaterales para los empleados.
“De las nueve máquinas nuevas que se han instalado, no todas están todavía en funcionamiento, pero con esta nueva tecnología, más automatizada, podemos ver claramente que la actividad está disminuyendo. En última instancia, este nuevo proceso requerirá menos personal de producción”, considera Hervé Bancel.
Otros sitios posicionados en ingeniería civil
Lejos de funcionar a pleno rendimiento, el centro de Blavozy no parece ser el único del grupo en este caso. “Junto con Montceau-les-Mines, somos dos plantas en Francia que fabrican neumáticos para la ingeniería civil. Tienen neumáticos más pequeños y nosotros estamos en un rango medio. Después los hay de muy alta gama que se hacen en España y Estados Unidos. En total, hay 4 o 5 plantas de Michelin en el mundo que hacen ingeniería civil. Si todos los sitios están operando al 50 o 60% de su capacidad, sospechamos que así será. A largo plazo no será necesario conservar 5 sitios”, desarrolla Hervé Bancel. “Lo vimos con los cierres de Vannes y Cholet, puede suceder muy rápidamente. Se nos dice que la caída de la actividad es cíclica pero no debe volverse estructural”, preocupa el delegado de la CGT.
Erosión de la fuerza laboral
Si bien por el momento no parece haber ningún proyecto de PSE en marcha para Blavozy, la plantilla tiende a disminuir de año en año. “Están utilizando la gestión de empleos y carreras para reducir un poco la fuerza laboral. Veremos qué efecto tiene esto este año, pero con un proceso menos fabricado y más automatizado, esperamos una cierta erosión”, concluye Hervé Bancel.