En Moulins, en Allier, continúa la huelga de los conductores de autobuses urbanos. Desde principios de noviembre organizan huelgas dos veces por semana. El equipo, los salarios y sus condiciones laborales están en el centro de las demandas.
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Ocho de cada diez líneas se ven afectadas por el movimiento huelguista en la zona de Moulins. Los conductores y controladores han dejado de trabajar durante 55 minutos al día, dos veces por semana, desde el 4 de noviembre. “Por ahora, está bien, no es demasiado perturbador”. explica un pasajero que se dirige a Yzeure. “Me solidarizo con ellos si pueden ganar su caso”. explica otro usuario.
Las desvinculaciones generalmente se programan al iniciar el trabajo. La línea A, que atraviesa Moulins de norte a sur, es la más afectada. Sirve a una escuela media y una escuela secundaria. Las demandas se refieren a salarios, condiciones de trabajo e incluso equipamiento. Algunos autobuses se consideran demasiado pequeños. Abdel Lemmouchia, conductor-receptor de Kéolis: “La gente está abarrotada, especialmente en los servicios de la mañana, cuando los estudiantes de secundaria y preparatoria toman el autobús. Tengo miedo de que algún día ocurra un accidente y sea demasiado tarde”.
La dirección de la empresa de transporte especifica que todos los autobuses deben ser sustituidos. De ello dependerá la renovación de la comunidad urbana en septiembre de 2025. Otra reivindicación de los huelguistas se refiere a los recortes entre dos servicios. Jean-Marc Collott, representante sindical de la CGT Kéolis-Moulins, añade: “También reclamamos una amplitud de 7:30. Allí, en ocasiones, llegamos a las 13 horas de amplitud. Esto no puede seguir más. Los días son agotadores”. Un punto que la dirección dice estar dispuesta a estudiar. Los huelguistas aumentan la presión. Están planeando tres días de acción la próxima semana en lugar de dos.
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