Los temores sobre el suministro pesan sobre los mercados energéticos europeos.
Los temores sobre el suministro están pesando sobre los mercados energéticos europeos justo cuando comienza la temporada invernal de calefacción. Los precios del gas en Europa han superado los 45 euros por MWh y han impulsado al alza todo el mercado, incluidos los precios de la electricidad.
Muchos acontecimientos alimentan la incertidumbre y la ansiedad. La famosa “Dunkelflaute” reina desde hace dos semanas en el noroeste de Europa. La generación de electricidad a partir de energías renovables ha sido baja y la generación térmica, en particular las centrales eléctricas alimentadas con gas, ha compensado el déficit. La llegada del frío aumentó la demanda de calefacción, lo que incrementó el consumo total de gas. Los niveles de almacenamiento comenzaron a caer un poco antes y más rápido de lo esperado.
El auge del gas natural licuado (GNL) está ganando impulso.
Por otra parte, Rusia ha cortado los suministros de gas a Austria debido a una disputa en curso sobre pagos y compensaciones. Austria se preparó de antemano para este evento y el gas ruso continúa llegando a Europa del Este en volúmenes sin cambios. Por tanto, el cese de las ventas no modifica la seguridad del suministro en Europa.
De cara al futuro, el mercado espera que el acuerdo de tránsito entre Ucrania y Rusia finalice hacia finales de año. Es probable que los suministros de gas ruso lleguen pronto a Europa sólo a través de la ruta del Mar Negro.
¿Está amenazado el suministro de gas? Esto es poco probable. El consenso es que no debemos temer un déficit estacional inusual por varias razones: las condiciones del viento ya han vuelto a niveles más normales. La demanda de gas de las centrales eléctricas y las industrias se mantiene en niveles estructuralmente más bajos.
Se espera que las importaciones de gas natural licuado (GNL) en el extranjero se reanuden cuando las terminales en Qatar y Estados Unidos regresen de sus períodos de mantenimiento de octubre. Los altos precios actuales probablemente atraerán cargamentos adicionales a las costas europeas, además de los suministros contratados. Más importante aún, el auge del gas natural licuado (GNL) está ganando impulso. A pesar de algunos retrasos, se espera que tres nuevos proyectos entren en funcionamiento al final del invierno del hemisferio norte.
Dada la abundancia actual de inventarios de gas y el equilibrio de las tendencias fundamentales, los precios actuales parecen excesivos. Dicho esto, en el pasado hemos subestimado la continua disposición de los compradores europeos y asiáticos a pagar por el gas. Los retrasos en la puesta en servicio de nuevas terminales de exportación, el mayor mantenimiento y un aumento marginal en las compras de GNL fueron suficientes para evitar un cambio temprano hacia un exceso de oferta global. Hemos elevado nuestra previsión a corto plazo para los precios europeos a 35 euros por MWh, pero mantenemos nuestra postura bajista.