¿De dónde venimos los humanos? Esta pregunta nos atormenta y su respuesta no es tan obvia. Aunque mucho se ha hablado de las ramas neandertales del Homo sapiens, cada vez está más claro que nuestra evolución está lejos de ser un río largo y tranquilo. Incluso está comprobado que se trata de encuentros frecuentes con otro pariente cercano, conocido como el Hombre Denisovano o Denisova.
ScienceAlert destaca un estudio publicado el 5 de noviembre de 2024 por Linda Ongaro y Emilia Huerta-Sanchez, genetistas de poblaciones del Trinity College Dublin (Irlanda), sobre las investigaciones existentes sobre el ADN de esta especie. Estos nos permiten comprender cómo nuestra propia biología se ha visto influenciada por la historia de un pueblo del que todavía sabemos muy poco.
En 2010, un fragmento de hueso del dedo meñique, algunos dientes y un trozo de cráneo descubiertos en Siberia revelaron una nueva y desconcertante especie de ser humano antiguo: el Hombre Denisova. Los investigadores entendieron que los restos pertenecen a un grupo de homínidos no descrito hasta ahora, que se diferenciaron genéticamente de los neandertales hace unos 400.000 años, es decir, probablemente unos cientos de miles de años después de que los neandertales se distinguieran de nuestros propios antepasados.
El conocimiento de la especie, aunque reciente y limitado, ha dejado entrever una rica diversidad con una herencia genética que se extiende desde Siberia hasta el sudeste asiático y desde Oceanía hasta América. “Es un error común pensar que los humanos evolucionaron repentinamente a partir de un ancestro común, pero cuanto más aprendemos, más nos damos cuenta de que se produjo un mestizaje con diferentes homínidos y ayudó a dar forma a las personas que somos hoy”, explica Linda Ongaro.
Un tupido linaje humano
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