El estudio de un esqueleto de 2.000 años arroja luz sobre la historia del sacrificio humano

El estudio de un esqueleto de 2.000 años arroja luz sobre la historia del sacrificio humano
El estudio de un esqueleto de 2.000 años arroja luz sobre la historia del sacrificio humano
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Tiempo de lectura: 2 minutos – Visto en ScienceAlert

Descubierto en 2010 en Dorset (un condado del sur de Inglaterra), el esqueleto de una mujer de veinte años que data de hace más de 2.000 años ofrece testimonio de una vida marcada por el sufrimiento y el dolor. Los restos de la joven indican que vivió una existencia físicamente exigente, que tuvo un final brutal. Sus costillas se fracturaron semanas antes de su muerte y una marca de corte en su cuello sugiere que tuvo una muerte rápida y sangrienta.

“En los otros entierros que hemos encontrado, el difunto parece haber sido colocado cuidadosamente en la tumba y tratado con respeto, pero este no es el caso de esta pobre mujer”, especifica el antropólogo forense Martin Smith. Como resultado, el equipo de la Universidad de Bournemouth, del que forma parte, cree que la mujer fue objeto de un sacrificio humano.

Muchos signos de una vida difícil.

Junto a los huesos, los científicos encontraron vasijas de cerámica que probablemente contenían ofrendas destinadas al más allá. Además, los restos de la desafortunada mujer fueron colocados yacentes, boca abajo, sobre un extraño conjunto de huesos de animales. A primera vista, la tumba de esta mujer del siglo IV a. C. resulta inusual, pero para conocer las circunstancias de su vida fueron necesarios estudios detallados.

Por ello, investigadores de la Universidad de Bournemouth llevaron a cabo un análisis osteológico de los huesos y su examen bajo un microscopio electrónico de barrido, un análisis isotópico de uno de los dientes de la joven, así como una reconstrucción tridimensional del cuerpo y las marcas que tenía. osos. Publicaron sus resultados en el Antiquities Journal.

La columna de la mujer estaba dañada y sus huesos tenían inserciones musculares fuertes y bien desarrolladas, lo que indica que trabajó duro. Además, los investigadores pudieron demostrar que no era del pueblo donde fue enterrada, sino que probablemente provenía del sur de Inglaterra, o incluso de algún otro lugar de Europa. Finalmente, el corte en su cuello sin signos de curación indica que su muerte no fue natural.

Los sacrificios humanos en la Edad del Hierro británica han sido mencionados por diferentes autores a lo largo de la historia, pero hasta ahora había poca evidencia material de tal sacrificio. Smith explica por qué este descubrimiento es valioso y especial: “Poder humanizar la historia de vida de esta mujer nos ha brindado una valiosa visión del otro lado de la sociedad de la Edad del Hierro. Detrás de cada entierro antiguo que encontramos hay la historia de alguien esperando ser contada”.

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