Vivir hasta una edad muy avanzada sin cáncer

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Vivir hasta una edad muy avanzada sin cáncer
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Aunque la incidencia del cáncer aumenta drásticamente con la edad, la enfermedad se vuelve menos común en personas que llegan a edades más avanzadas (80 años o más). Se cree que este misterioso fenómeno se debe a una pérdida del potencial regenerativo de las células madre durante el envejecimiento.

El cáncer ocurre en todas las edades, pero su incidencia aumenta marcadamente durante la sexta y séptima décadas de la vida.

Este aumento se debe principalmente a la acumulación de mutaciones que se producen de forma espontánea o tras la exposición a diferentes factores de riesgo (tabaco, alcohol, rayos ultravioleta, obesidad, determinados virus).

Por otro lado, parece haber un misterioso mecanismo que logra frenar esta acumulación de mutaciones, pues en lugar de aumentar continuamente con el envejecimiento, la incidencia del cáncer por el contrario comienza a disminuir en las personas mayores, que llegan a los 80 años. y más. .

Este efecto paradójico de la edad sobre el riesgo de cáncer, aunque se conoce desde hace mucho tiempo, sigue siendo un enigma.

Participación de las células madre.

Se sospecha que las células madre podrían desempeñar un papel importante en esta reducción del riesgo de cáncer en edades más avanzadas.

En primer lugar, estas células “madres”, que son la base de la renovación natural de un tejido y de su reparación tras una lesión, son particularmente vulnerables a la acumulación de mutaciones que pueden provocar cáncer, porque se cree que, en promedio, tres mutaciones ocurren cada vez que una célula madre humana normal se divide. Como resultado, una alta proporción de cánceres se originan a partir de estas células madre mutadas (1).

En segundo lugar, se sabe que las células madre pierden gradualmente la capacidad de dividirse durante el envejecimiento, lo que contribuye a una disminución de la eficiencia funcional de los órganos del cuerpo. Es muy posible, por otro lado, que este desgaste de las células madre impida que crezcan lo suficiente como para formar una masa crítica necesaria para la aparición de tumores clínicamente detectables.

Células madre rotas

Para comprender mejor la participación de estas células madre, un equipo de investigadores estudió un modelo de ratón genéticamente modificado de adenocarcinoma de pulmón, un tipo común de cáncer de pulmón que representa aproximadamente el 7% de todas las muertes por cáncer en todo el mundo (2).

Observaron que en ratones de 2 años de edad, lo que equivale a unos 70 años en humanos, el envejecimiento inhibe el inicio y la progresión del cáncer de pulmón al bloquear la autorrenovación de las células madre en los alvéolos del pulmón.

Descubrieron que a medida que los ratones envejecen, producen más proteína llamada NUPR1 que participa en el metabolismo del hierro. Las células envejecidas funcionan entonces como si no tuvieran suficiente hierro y, por lo tanto, pierden su capacidad de regenerarse.

Dado que esta capacidad regenerativa está directamente relacionada con un aumento del cáncer, los ratones más viejos desarrollan significativamente menos tumores que sus homólogos más jóvenes.

Ventana de prevención

Estos resultados implican, por tanto, que el fuerte aumento de la incidencia de cáncer en personas de 50 a 70 años se debe a la evolución de lesiones precancerosas que aparecen en individuos relativamente jóvenes, cuando las células madre se dividen regularmente y al mismo tiempo acumulan mutaciones potencialmente cancerígenas.

Además, varios estudios de autopsias realizados en personas jóvenes (30-40 años) han observado sistemáticamente la presencia de estas lesiones precancerosas en varios órganos (mama, próstata, páncreas y pulmón, entre otros). Cuando las condiciones que prevalecen en el interior del cuerpo permiten la adquisición de mutaciones cancerígenas (tabaquismo, exceso de peso, mala alimentación, sedentarismo), estas lesiones pueden evolucionar hasta convertirse en un cáncer clínicamente detectable unos años más tarde.

Aquí es donde la prevención a través del estilo de vida juega un papel importante, al crear condiciones bioquímicas desfavorables para el desarrollo de estos microtumores latentes.

Este descubrimiento significa que la ventana óptima para prevenir el cáncer es lo más temprano posible en la edad, para privar a las células madre de un entorno que acelere la acumulación de mutaciones.

Al prevenir o retrasar al máximo la formación de lesiones precancerosas, dejamos que el tiempo juegue a nuestro favor: una vez que llegamos a edades suficientemente avanzadas, el envejecimiento de las células madre actúa como freno al desarrollo del cáncer y nos permite pasar los últimos años de vida sin tener que afrontar esta enfermedad.

¡Así que la vejez no sólo tiene sus desventajas!

(1) Tomasetti C y coll. Divisiones de células madre, mutaciones somáticas, etiología del cáncer y prevención del cáncer.. Ciencia 2017; 355: 1330-1334.

(2) Zhuang X y col. El envejecimiento limita la potencia y la tumorigénesis al reprogramar la homeostasis del hierro. Naturaleza, publicado el 4 de diciembre de 2024.

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