La primera mujer política que superó el obstáculo del patrocinio para participar en las elecciones presidenciales de marzo de 2024, Anta Babacar Ngom, ahora diputada, forma parte del relevo generacional de la política senegalesa. En esta entrevista con “Le Soleil”, recuerda un año 2024 significativo, comparte sus puntos de vista y confiesa lo que piensa del dúo Diomaye-Sonko.
Anta Babacar Ngom Diack en 2024 es una candidatura presidencial y otra para las elecciones legislativas…
En 2024 viví un año que, creo, seguirá siendo decisivo no sólo para mí, sino también para nuestro país. Después de haber evolucionado durante mucho tiempo en el sector privado, sentí que era hora de participar más activamente en la construcción del futuro que quería para Senegal. Esta elección se produjo en un contexto en el que nuestra Nación atravesaba un período de inestabilidad económica, social y política sin precedentes. Sentí, en lo más profundo de mí, un llamado apremiante a ponerme al servicio de mi pueblo. Mi candidatura a las elecciones presidenciales, apoyada por Alternativa Nuevos Ciudadanos (Arco), no fue simplemente la expresión de una ambición personal. Ella encarnaba un deseo colectivo de renovación. Cuando llegó el momento de celebrar las elecciones legislativas, esta decisión surgió como una continuación lógica de este compromiso. La Asamblea Nacional representa una valiosa plataforma donde se moldean las leyes que rigen el destino del país. Cuando me incorporé, me propuse la misión de ser una voz fuerte, de actuar directamente en el proceso de toma de decisiones y de elevar las aspiraciones de los ciudadanos. Estas dos candidaturas, aunque en niveles diferentes, reflejan la misma coherencia: la de un deseo inquebrantable de servir, actuar y contribuir a mejorar las condiciones de vida de mis compatriotas.
Usted aspiraba a la presidencia, pero está en la Asamblea Nacional. ¿Podemos hablar de un premio de consolación?
Esto nunca es un consuelo cuando uno se involucra en política por convicción. Nunca he visto mis ambiciones políticas desde la perspectiva del beneficio personal. Lo que algunos llaman un “premio de consolación” es, en realidad, una valiosa oportunidad para defender las ideas y valores que estuvieron en el centro de mi campaña presidencial. El papel del diputado no es baladí: se trata de representar al pueblo, de legislar sobre todas las leyes relativas a la vida de la Nación y de controlar la acción pública. Se trata de un papel de capital importancia para consolidar nuestra democracia y proteger los derechos de los ciudadanos. Teniendo en cuenta los inmensos desafíos que enfrenta nuestro país, veo a la Asamblea como un espacio donde puedo seguir contribuyendo de manera significativa, implementando reformas audaces y luchando por leyes que aborden las preocupaciones de los senegaleses. Es más, este puesto me permite encarnar una nueva forma de hacer política.
Usted fue la única candidata en las últimas elecciones presidenciales. ¿Cómo te sentiste?
Ser la única candidata en unas elecciones presidenciales, en un contexto tan competitivo como el de Senegal, es a la vez un honor y una inmensa responsabilidad. Esto significa que llevamos, mucho más allá de nuestro proyecto político, las esperanzas y expectativas de millones de mujeres senegalesas.
Esta posición me permitió resaltar los problemas de desigualdad de género en nuestra sociedad. Cada aparición pública, cada discurso fue una oportunidad para demostrar que las mujeres no sólo pueden participar en el debate político, sino también liderarlo. No se trataba sólo de demostrar que era posible, sino de demostrar que era necesario aportar una perspectiva diferente a los desafíos que enfrentamos. Sin embargo, ser la única candidata significa también enfrentarse a un escepticismo profundamente arraigado, a veces velado, a veces expresado abiertamente. Los obstáculos fueron muchos, pero me hicieron más fuerte y resuelta, porque con cada barrera superada sabía que no sólo estaba abriendo mi propio camino: también estaba abriendo el camino para aquellos que vendrían detrás de mí.
2024 es también un año marcado por la llegada del dúo Sonko-Diomaye. ¿Qué relación tienes con ellos?
Yo diría que mis relaciones con el dúo Sonko-Diomaye, como usted acaba de llamarlos, son exactamente las mismas que con cualquier otro actor político. Están marcados con el sello del respeto y el deseo de cortesía. Incluso si nuestras posiciones divergen en ciertos temas, reconozco la importancia de su papel actual en la conducción de los asuntos estatales. La vida política nunca debe ser una guerra de personas, sino un espacio donde las diferencias enriquecen el debate y sirven a los intereses superiores de la Nación. Aunque asumo plenamente mi posición en la oposición, les deseo sinceramente mucho éxito en su misión. De hecho, su éxito, si se orienta hacia el progreso, será también el de Senegal en su conjunto. Por mi parte, siempre que surja una idea relevante para el desarrollo de nuestro país, no dudaré en compartirla. Servir a Senegal trasciende las ambiciones personales o las barreras partidistas. Dicho esto, es importante reafirmar que mi ambición sigue intacta y asumida. Mi objetivo final es posicionarme, algún día, como jefe de Estado para dejar mi huella en la gobernanza y traducir en acciones mi visión de un Senegal moderno, equitativo y próspero.
¿Por qué eligió no registrarse en la Asamblea Nacional?
Mi elección de no estar registrado en la Asamblea Nacional surge de una profunda convicción: la política debe guiarse por los intereses de los ciudadanos y no por cálculos partidistas. En un contexto donde las divisiones políticas a menudo se exacerban, quería encarnar una alternativa, una voz libre e independiente, capaz de defender ideas sin verse limitada por la disciplina de un campo o la ideología de otro. . No estar registrado significa autorizarse a juzgar cada propuesta según sus méritos, a trabajar con todos aquellos que comparten una ambición común para Senegal y a rechazar divisiones estériles.
¿Cómo manejas las críticas en las redes sociales?
Las redes sociales se han convertido en un lugar público donde todos pueden expresar su opinión, a veces con violencia desinhibida. Pero te lo aseguro de inmediato; La mezquindad, venga de donde venga, no tiene impacto en mis acciones diarias. Ser una mujer política en Senegal requiere una resiliencia particular. Las críticas no se limitan a desacuerdos de ideas; muchas veces afectan a la persona, a su apariencia, a su vida privada, a sus seres queridos… Sin embargo, veo en esta realidad una oportunidad para fortalecer mi compromiso. Estas críticas, aunque duras, son el espejo de una sociedad que cambia rápidamente, donde el lugar de las mujeres en el espacio público todavía está en disputa.
¿Cuál fue el momento más difícil para usted en su actividad política en 2024?
Sin duda, uno de los momentos más difíciles de mi carrera política fue la decepción por los resultados de las elecciones presidenciales. Después de meses de intensos esfuerzos, compromiso apasionado y esperanza compartida con mis activistas y con miles de senegaleses, el resultado obtenido no correspondía ni a nuestras expectativas ni a las de muchos seguidores que habían creído en nuestra ambición. Por su particularidad de referéndum, esta elección redujo la elección de los votantes a una confrontación binaria, colocándome en una configuración compleja donde el debate sobre ideas y alternativas fue a menudo eclipsado por las polaridades extremas que dominaban la escena. Ante esta realidad, necesité un inmenso coraje para enfrentar la realidad. Este momento fue difícil, porque no se trataba sólo de un mal desempeño electoral, sino del cuestionamiento de una ambición impulsada por una visión que considero justa y necesaria para Senegal. Hubiera sido fácil ceder al desánimo o buscar excusas, pero elegí otro camino: el de la sinceridad y la humildad.
Aproveché este resultado como una oportunidad para reflexionar, comprender dónde y cómo podríamos hacerlo mejor y reconectarnos más con las profundas expectativas de nuestros conciudadanos.
Hoy, mirando hacia atrás, veo este calvario como un punto de reflexión. Ella me enseñó que el verdadero éxito en política no radica sólo en los resultados electorales inmediatos, sino en la capacidad de seguir inspirando, proponiendo y construyendo, incluso frente a las tormentas. Esta elección fue un hito y sigo más decidido que nunca a defender mi visión de un Senegal unido, justo y próspero.
¿Y el recuerdo que más te agradó?
La política, con sus inmensos desafíos, a veces ofrece momentos que tienen un impacto profundo y nos recuerdan por qué nos involucramos. Uno de los momentos más felices de mi viaje sigue siendo, sin duda, la validación de mis patrocinios durante las elecciones presidenciales de 2024. Fue una victoria a la vez personal y colectiva, tanto más memorable cuanto que al principio parecía casi imposible. Imagínense, en un contexto en el que la gente dudaba de mi capacidad para reunir suficientes firmas, el sorteo me colocó en el puesto 65 entre 93 candidatos, una clasificación desfavorable. Sin embargo, con una movilización sin precedentes de nuestros activistas y líderes, con la increíble coordinación de los equipos estratégicos y técnicos, enfrentamos el desafío. Ese día, cuando el Consejo Constitucional anunció que mis patrocinios habían sido validados sin lugar a dudas, en la primera vuelta, fue mucho más que un simple resultado técnico. Fue un momento de orgullo y reconocimiento para todo un movimiento que había creído en mí, en Arc y en nuestra ambición, contra todo pronóstico.
¿Cuales son tus favoritos?
El año 2024 fue una extraordinaria aventura humana marcada por encuentros inolvidables con senegaleses en los cuatro rincones del país. Durante las campañas electorales vi a jóvenes y mujeres movilizarse con impresionante energía y creatividad, impulsados por la convicción de que son los arquitectos del cambio.
Quedará grabado en mí un momento, el de una niña de Tambacounda a quien le pregunté qué le gustaría hacer cuando sea mayor. Con ojos brillantes, me respondió, con una confianza desarmante: “de mayor quiero ser Anta Babacar”. Estas palabras simples pero poderosas resumen la esencia de mi compromiso.
¿Podría haber una nueva aplicación a la vista?
Mi compromiso con Senegal es total y estoy dispuesto a seguir sirviendo. Son los senegaleses quienes guiarán mis decisiones, pero mientras haya injusticias que combatir, estaré presente y decidido.