(Washington) Donald Trump nombró el martes a la ex jefa de la federación de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE), Linda McMahon, secretaria del Departamento de Educación, institución federal que el presidente electo prometió socavar, en un contexto de fuertes divisiones en Estados Unidos entre progresistas y conservadores.
Publicado a las 21:33
Actualizado a las 22:14
Desde su victoria el 5 de noviembre, el ex presidente que volverá a ser presidente el 20 de enero ha multiplicado los nombramientos, a veces sorprendentes, entre los más leales de su guardia cercana.
“Como Secretaria de Educación, Linda luchará incansablemente” para llevar más libertad educativa a todos los estados de Estados Unidos y “capacitar a los padres para que tomen las mejores decisiones educativas para sus familias”, dijo Donald Trump en un comunicado.
“Devolveremos la educación a los estados y Linda encabezará este esfuerzo”, prometió Donald Trump.
El tema de la educación divide particularmente a los estados americanos entre aquellos liderados por demócratas y aquellos liderados por los más conservadores, estos últimos oponiéndose ferozmente a cuestiones relacionadas con los derechos de las mujeres, las minorías o incluso las comunidades LGBT+.
Linda McMahon, empresaria de 76 años, fue responsable de pequeñas empresas entre 2017 y 2019 durante el primer mandato del republicano.
Ella forma parte de su guardaespaldas, siendo una de las colíderes, junto al multimillonario Howard Lutnick, del equipo de transición de poder. Fue nombrado secretario de Comercio el lunes.
Linda McMahon, que no duda en hablar de Donald Trump como “un amigo”, es una importante donante del Partido Republicano y apoya financieramente la candidatura de Donald Trump desde 2016, primero para sus primarias y luego en la carrera por la Casa Blanca.
Está casada con Vince McMahon, el heredero de la WWE, un imperio de lucha libre fundado en los años 50. Linda McMahon se convertiría en presidenta en 1993 y directora general en 1997, antes de dimitir en 2009 para probar suerte en la política.
Su marido permaneció al frente de la empresa hasta el pasado enero, viéndose finalmente obligado a dimitir después de que una exempleada presentara una denuncia contra él por agresión sexual.