Mientras América del Sur sufre el embate de numerosos arbovirus, como la epidemia de Zika en 2015-2016, chikungunya e incluso dengue, cuya última oleada es la más violenta que jamás haya experimentado Brasil (más de 9,5 millones de casos en 2024 para este país) solo) – una nueva enfermedad transmitida por insectos está proliferando en la región desde principios de año. La fiebre de Oropouche, que lleva el nombre del río Oropouche en Trinidad y Tobago, no es nueva, ya que fue descubierta en la década de 1950, pero todavía es poco conocida fuera de su zona endémica, es decir, el Amazonas. Sin embargo, en los últimos meses esta enfermedad transmitida por mosquitos ha surgido en estados no afectados anteriormente y se han observado formas más graves.
Desde principios de año se han registrado más de 10.200 casos en siete países sudamericanos, encabezados por Brasil, con el 80% de los casos confirmados y las dos primeras muertes conocidas por la enfermedad en julio. Si bien hasta entonces el virus estaba confinado a los estados del oeste y del norte del país, este año se propagó por primera vez a las regiones más pobladas y urbanizadas del este y del sur. Lo más preocupante es que el patógeno aterrizó en la isla de Cuba, en el Caribe, a más de 3.000 kilómetros al norte, provocando una gran epidemia con más de 555 casos.
Los viajeros infectados en América del Sur y Cuba “importaron” la enfermedad a Estados Unidos (90 casos), Canadá (2 casos), pero también a Europa, donde se diagnosticaron una treintena de casos en España (21), Italia (6) y en Alemania (3). El virus no se propagó entre quienes rodeaban a los viajeros infectados. Pero por primera vez, el 9 de agosto, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades pidió a los ciudadanos europeos que “tengan precaución” en caso de viajar a una zona epidémica.
Una nueva cepa más virulenta
¿Cómo podemos explicar tal aparición? Dos estudios publicados el 18 de septiembre en Medicina de la naturaleza y el 15 de octubre en Enfermedades infecciosas de The Lancet convergen en la misma hipótesis: la aparición de una nueva “reposición” del virus entre 2010 y 2014 estaría en el origen de las epidemias de 2023-2024. “Este evento de recombinación ocurre cuando dos virus Oropouche relacionados infectan la misma célula e intercambian segmentos genéticos”explica William de Souza, profesor asistente de la Universidad de Kentucky, especialista en arbovirus y coautor del estudio publicado en la lanceta. Este nuevo virus se replica más rápido y es más virulento en células de mamíferos que la cepa anterior. Además, puede evadir los anticuerpos de personas previamente infectadas. “La capacidad de esta nueva cepa de reinfectar a individuos que ya han estado expuestos al virus podría explicar su resurgimiento en la cuenca del Amazonas”subraya el investigador.
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