Menos de dos semanas después de su elección como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump no estará presente en la cumbre del G20 que se celebrará en Río de Janeiro el lunes 18 y martes 19 de noviembre. Mientras el republicano forma su gobierno antes de asumir el cargo el 20 de enero de 2025, es Joe Biden quien debe despedirse de sus homólogos de las veinte principales potencias económicas del planeta.
De un presidente a otro, la sombra del próximo inquilino de la Casa Blanca se cernirá sobre la cumbre, siendo el G20 más que nunca escenario de rivalidades entre los Estados ricos del Norte y los Estados emergentes del Sur. Un organismo que la perspectiva del regreso al poder del ex presidente republicano promete electrificar, en un momento en el que ya hay muchos puntos de discordia, en un contexto de guerras en Ucrania y Oriente Medio.
El anfitrión de la cumbre, Luiz Inácio Lula da Silva, está particularmente preocupado. Después de haber renunciado a acoger al presidente ruso Vladimir Putin, objeto de una orden de detención por crímenes de guerra de la Corte Penal Internacional, de la que Brasil es Estado parte, Lula pretende centrarse en las cuestiones económicas y climáticas, más que en el conflicto de Ucrania. En esta tarea deberían recibir ayuda de los líderes occidentales, que temen que la victoria de Donald Trump acelere la fragmentación del mundo.
Leer también | Artículo reservado para nuestros suscriptores. En Estados Unidos, Donald Trump confirma su deseo de romper con una primera serie de nombramientos
Leer más tarde
Así, como antesala del G20, Emmanuel Macron realizará una breve visita a Argentina para cenar el sábado 16 de noviembre con el presidente Javier Milei, un ultraliberal cercano a Donald Trump, criticado por sus posiciones climáticamente escépticas. El objetivo declarado por el Elíseo es “conectar a Javier Milei con las prioridades del G20”.
El presidente Lula sabe que el regreso de Trump está plagado de amenazas, para su país y para sus invitados. El multimillonario podría, por ejemplo, aumentar los derechos de aduana sobre el aluminio y el acero brasileños, mientras las exportaciones del gigante latinoamericano baten récords, con casi 30.000 millones de dólares (28.500 millones de euros) en productos industriales vendidos en Estados Unidos en 2023. Ya es suficiente. para socavar el historial económico de Lula y comprometer su reelección en 2026.
“Reposicionamiento de Brasil”
El presidente de izquierda anticipa posibles presiones de su futuro homólogo estadounidense para que el expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro sea amnistiado. El exjefe de Estado (2019-2023) fue condenado en 2023 a ocho años de inhabilitación por sus ataques contra el sistema de voto electrónico brasileño y está impedido de presentarse a las elecciones presidenciales de 2026.
Te queda el 62,58% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.