El fabricante francés, con un 49% de sus acciones, unió fuerzas con el Fondo Nacional de Inversiones (FNI) y la Société Nationale de Véhicules Industriels (SNVI) para crear esta planta que crearía 350 puestos de trabajo y produciría 25.000 vehículos al año, un Dacia. Logan cambió el nombre de Renault Symbol para el mercado local.
El objetivo inicial era aumentar hasta alcanzar una capacidad de 75.000 coches al año. Sin embargo, la fábrica de Orán estaba lejos de estar a la altura de las ambiciones de su hermana mayor marroquí de Tánger, que ya produce tres modelos (Sandero, Lodgy y Dokker) con una capacidad de 400.000 vehículos al año, de los cuales el 90% se destina a la exportación.
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Hoy en día, la fábrica argelina está cerrada desde 2020 por falta de componentes. Recientemente han circulado rumores de cierre, rápidamente desmentidos por Rémi Houillons, director general de Renault Production Argelia. Sin embargo, la situación dista mucho de ser color de rosa. En octubre se puso en marcha un drástico plan de ajuste, con reducción de plantilla, para garantizar la supervivencia de la empresa.
Renault Algérie Production espera desde hace más de un año una nueva aprobación del Ministerio de Industria, imprescindible para reiniciar la producción. Se ha presentado un proyecto de relanzamiento que incluye nuevos modelos, pero actualmente se enfrenta a un muro de silencio. “Lamentamos esta situación”, confió Rémi Houillons, consciente de las dificultades que enfrentan los empleados, que acumulan 40 meses de paro técnico.
Por tanto, el futuro de la fábrica de Orán depende de la decisión de las autoridades argelinas. Renault Algérie Production dice que está lista para reiniciar y participar en la reactivación de la industria automovilística del país, pero el tiempo se acaba y el deseo de irse definitivamente está ahí.
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