Los suizos deberán decir el domingo si aceptan una financiación uniforme de la asistencia sanitaria, un proyecto que pretende, en particular, reducir la carga de las primas y centrarse más en los tratamientos ambulatorios.
Se trata de un proyecto complejo en un tema no menos complejo, el de la salud. Sólo este año, los ciudadanos suizos ya han rechazado una iniciativa popular para reducir los costes y otra destinada a reducir las primas.
Iniciada en 2009, la revisión sometida a votación el 24 de noviembre llegó al Parlamento el pasado mes de diciembre, tras catorce años de trabajo. Una gran mayoría de parlamentarios aprobó la financiación uniforme de los servicios ambulatorios y hospitalarios (EFAS). Se trata de una de las mayores reformas de los últimos años de la LAMal, la ley federal sobre el seguro médico obligatoria para todos los residentes en Suiza, que ya cumple treinta años.
El proyecto debería permitir reequilibrar la cobertura de los costes hospitalarios entre el seguro médico y los cantones, pero también mejorar la calidad de la atención haciéndola más asequible para el paciente.
Según sus partidarios, con la aceleración del traslado a la atención ambulatoria, EFAS permitirá al paciente recuperarse mejor en casa. La transición hacia la atención ambulatoria también significa ahorros para los contribuyentes, gracias en particular a los servicios de asistencia domiciliaria.
Por el contrario, temiendo un aumento de los costes, una caída de la calidad de la asistencia y un mayor poder otorgado a las aseguradoras, los sindicatos atacaron este proyecto referéndumapoyado por el PS y parte de los Verdes.
>> Los problemas en detalle: ¿Confiará la gente en una financiación uniforme para la atención?
Swiss