Después de remar en la tormenta, saliendo indemne de un calendario muy exigente en octubre ante salud, Atlético de Madrid, Atlético y Celtacon partidos de Liga de conferencias y Copa del Rey de por medio, el Betis ha terminado ahogándose en la orilla en su visita al colista. Un Valencia que sólo había ganado un partido de Liga en toda la temporada y que no competía desde antes de la danaacumulando casi un mes de inactividad.
Una derrota dolorosa, inesperada y que seguramente tenga consecuencias en forma de decisiones técnicas después de un arranque de segunda parte “nefasto”, como lo han calificado los propios protagonistas, en el que los verdiblancos encajaron tres goles en menos de diez minutos enterrando todas sus opciones de volver de Mestalla con un resultado positivo con el que afrontar otro exigente mes de competición con nueve partidos, ocho ya.
Los de Pellegrini habían dado la cara en la primera parte e incluso habían gozado de oportunidades para irse en ventaja al vestuario. El 1-1 que reflejaba el marcador, en cualquier caso, parecía lo más justo. Sin embargo, el arranque del segundo acto fue un cúmulo de errores impropios de un equipo de élite. Una desconexión improcedente de un Betis que se estaba mostrando muy seguro en defensa y que, casualidad o no, el primer día que no contaba con Diego Llorentesuplente después de sufrir una sobrecarga antes del parón, fue incapaz de parar a un rival que llegaba en un momento delicadísimo.
Cambios tardíos y pobre rendimiento
Cierto es que los verdiblancos afrontaron el partido con un auténtico boquete en la medular sin cardoso, Fornales, roca, carvalho mi Isco. También que tuvieron que tirar de cantera para ajustar las piezas. Pero el once dispuesto por el Ingeniero era lo suficientemente competitivo como para haber dado una imagen muy distinta y no haber regresado de vacío de la visita a la capital del Turia. Una derrota dura en un momento clave de la temporada que deja un sabor amargo y muchas cuestiones para el análisis, que van desde la tardía reacción desde el banquillo al pobre rendimiento de algunos futbolistas.
La actuación defensiva en esos menos de diez primeros minutos de la segunda parte fue incomprensible. No solo de la zaga, con el exceso de confianza de NATAN en el primero de los goles de Hugo Duroen el mal posicionamiento de la línea en el segundo y en el despeje hacia un rival de Bartra en el tercero, sino de todo el equipo en general, sin la intensidad adecuada, sin la presión necesaria a los pasadores, sin el espíritu competitivo que hace falta en la élite. Y esta vez, sin paradas salvadoras de Rui Silvavendido casi siempre.
Recambios desaparecidos
Jugadores como Iker Losada desaprovecharon una buena oportunidad, Irse falló dos ocasiones clarísimas que habrían cambiado el rumbo del partido, Víctor Roque volvió a recordar al delantero atropellado y acelerado de los primeros partidos, y la respuesta desde el banquillo contó con un Chimy Ávila intenso y goleador, un assane diao que al menos lo intentó y un Lo Celso que pese a su indiscutible jerarquía en el campo, todavía está a medio gas tras la lesión. Pero también con es juan y las cosasdesaparecidos por completo y cuya aportación empieza a estar muy en entredicho con enero a la vuelta de la esquina.
Advirtió Pellegrini en la previa que no recuperará a ninguno de los lesionados esta próxima semana, con partido clave a domicilio en europa y visita al Arena Real frente a un rival directo. Tendrá que reinventarse una vez más para encontrar soluciones y evitar que esta debacle en Mestallapor diez minutos inexplicables, termine pasándole factura a su equipo en lo que viene. Y con lo que hay, poder llegar ‘vivo’ a final de año, donde los lesionados que regresen o el mercado deben servir para solventar las carencias.