El 80% de la población mayor de 80 años padece artrosis.
IMAGO/Emmanuele Contini
La osteoartritis, que puede aparecer a partir de los 40 años, se vuelve más extendida con la edad, afectando al 65% de la población mayor de 65 años y al 80% de la población mayor de 80 años. Esta condición degenerativa del cartílago provoca fricción provocando inflamación, dolor, hinchazón y rigidez, creando en ocasiones verdaderas discapacidades. Afecta principalmente a las articulaciones de las rodillas, caderas, columna y manos.
A pesar de la magnitud de la población afectada, se dedica relativamente poca investigación a esta enfermedad multifactorial. Hasta ahora, a los afectados se les ofrecen tratamientos antiinflamatorios para reducir el dolor o lubricantes, como el ácido hialurónico (presente de forma natural en el organismo, pero cuya producción disminuye con la edad) para limitar la fricción. En los casos más problemáticos es necesaria la instalación de prótesis.
Estimular el crecimiento de nuevas células.
Los grupos de Éric Allémann, profesor titular de la sección de ciencias farmacéuticas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Ginebra (UNIGE), y Olivier Jordan, profesor de docencia e investigación, se interesan desde hace quince años por desarrollar nuevos tratamientos terapéuticos. Contribuyen a varios campos de investigación, incluido el de la inyección de células madre en las articulaciones que liberarán de forma natural biomoléculas, como factores de crecimiento, capaces de interactuar con las células del cartílago para reducir la inflamación y estimular el crecimiento de nuevas células.
“El problema es que estas células madre, que proceden de otra parte del cuerpo del paciente (normalmente de la grasa o de la médula ósea), no se encuentran en un entorno óptimo para su crecimiento y mueren muy rápidamente, sin haber tenido tiempo de liberar suficientes moléculas. con efectos beneficiosos sobre las células en degeneración”, explica Paula González-Fernández, estudiante de doctorado en el laboratorio de Éric Allémann y primera autora del estudio publicado en el “International Journal of Pharmaceutics”.
“Esto es especialmente cierto en el caso de las inyecciones de células madre en las articulaciones, ya que estos tejidos no están vascularizados y, por tanto, no reciben nutrientes ni oxígeno”, continúa el investigador.
Aliméntalos con glucosa
Para solucionar este problema, los científicos han intentado proporcionar a estas células madre una fuente de energía para aumentar su vida útil. “La glucosa era una buena candidata, pero los fluidos corporales la eliminan de forma natural demasiado rápidamente. La sutileza de nuestro trabajo fue unir las moléculas de glucosa al ácido hialurónico, de modo que la glucosa no se elimine inmediatamente, sino que se libere en dosis pequeñas y regulares”, explica Olivier Jordan.
Tratamiento de inyección de células madre para la regeneración del cartílago.
UNIGE
Por lo tanto, los autores del estudio probaron la vida útil de las células madre con o sin glucosa modificada, en condiciones de laboratorio. Descubrieron que las células madre, inyectadas en cultivos celulares de tejido cartilaginoso, sobrevivían más de tres días en presencia de glucosa asociada al ácido hialurónico, frente a menos de 24 horas en ausencia de esta glucosa. Estos tres días son suficientes para liberar los factores de crecimiento y las moléculas activadoras responsables de la regeneración del cartílago.
Por confirmar en un modelo animal.
“Estos resultados son muy alentadores y prometedores, pero aún se encuentran en la etapa de cultivo celular en el laboratorio. Nuestro próximo paso es confirmar estos resultados en un modelo animal”, indica Éric Allémann. Este enfoque, que consiste en añadir un nutriente (glucosa en este caso) al ácido hialurónico, abre nuevas perspectivas para las terapias con células madre en entornos poco vascularizados y pobres en nutrientes, como las articulaciones artrósicas, pero también para otras terapias regenerativas.
(Comunicaciones/PM)
