Blanche Gardin y Laurent Lafitte interpretan la partitura de opuestos

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Jean (Laurent Lafitte) y Jeanne (Blanche Gardin) en “Todo el mundo quiere a Jeanne” (2022), de Céline Devaux. CANAL+

CLUB CINÉ+ – JUEVES 27 DE JUNIO A LAS 20:50 – CINE

En el paisaje de vodevil del cine francés, repleto de disputas románticas y comunitarias, Céline Devaux toma la tangente y ofrece una comedia de depresión. Ella revive con fe chispeante el arte cinematográfico del dúo, aquí el de un arribista derrotado y un bicho raro despreocupado con un corazón de granadina y gafas pin-up.

Jefa de una nueva empresa, Jeanne (Blanche Gardin), ingeniera de unos cuarenta años, está a punto de lanzar su proyecto Nausicaa, cuyo objetivo es limpiar los océanos y salvar el mundo. Está convencida: como Marie Curie, es la mujer del siglo.

El día del lanzamiento, nada sale según lo previsto… Su columna sumergible, devoradora de residuos, se desintegra pocos segundos después del lanzamiento. En un reflejo pavloviano, Jeanne se sumerge y nada unas brazas hacia el desastre. El vídeo está circulando en las redes sociales. No es fácil mantener a flote el barco de un cuento de hadas.

Fuente inagotable de humor

Partiendo de los dibujos animados, la directora inyecta, en su primer largometraje en imagen real, breves secuencias esbozadas que describen cuidadosamente la tensión neurótica de Jeanne, decidida a evitar cualquier progreso notable para escapar de su estado.

Fantasmas peludos irrumpen en sus pensamientos para burlarse de las grandes cuestiones existenciales de las revistas femeninas que la persiguen: cómo aumentar su autoestima, ser una buena persona y detener el autosabotaje… La brecha entre estos pequeños crueles y crudos seres que se menean mostrando las nalgas y el aparente estoicismo de Jeanne resulta ser una fuente inagotable de humor. La elección ligeramente sádica de la directora de prestar su voz descarada a estos turbulentos Pepitos Grillos aumenta la pesadilla de la heroína y nuestro placer con ella.

Luego llega el encuentro casual con Jean (Laurent Lafitte), un antiguo compañero de clase. Desde el principio, Jeanne odia su indiferencia, su ligereza, su espontaneidad, que sólo refuerzan, en comparación, su malhumorada derrota.

Mientras está sola, un plano fijo, acurrucado sobre sí mismo, sin profundidad ni vista: Jeanne en la mesa de la cocina; Jeanne en el sofá del salón; Jeanne se desplomó, Jean se mueve, abre puertas, visita el apartamento de su amiga, camina, crea un travelling, crea una distracción. Dice lo que piensa, miente de buen humor, no quiere trabajar, disfruta de los mejores momentos. También es el único hombre en la tierra que no ha oído, o muy poco, del enorme fracaso de Jeanne, lo que le ofrece la posibilidad de convertirse en cualquiera en el camino más relajante del anonimato.

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Esta opción lúdica, exenta de las estrictas reglas del típico personaje secundario, aporta todo su encanto y relajación a la película en una libertad de tono y estilo que aporta euforia. En lugar del psicólogo, con el que muchas de nuestras heroínas se desahogan de sus desperdicios y desastres, Céline Devaux elige a Jean y favorece la fuerza de la diversión en una puesta en escena llena de delicadeza y relevancia.

Todo el mundo ama a Jeanne., película de Céline Devaux (fr., 2022, 95 min). Con Blanche Gardin, Laurent Lafitte, Maxence Tual.

Maroussia Dubreuil

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