En la estación depuradora de aguas residuales (STEP) de Ginebra Aire, la producción de biometano a partir de lodos de aguas residuales ya no libera CO2 a la atmósfera. El dióxido de carbono ahora se captura y se licúa. Luego se envía a un fabricante de cemento que lo atrapa en hormigón reciclado.
Los responsables de Aïre STEP, los Servicios Industriales de Ginebra (SIG), están al principio de la cadena, suministrando a Neustark su materia prima, el CO2. Por ahora, GIS se encuentra en fase de pruebas con este proyecto. Alquilaron el equipo para licuar dióxido de carbono.
“De este modo podremos hacernos con estas nuevas profesiones”, explica Frédéric Schulz, director de agua potable y gas de SIG. La fase de prueba dura tres años. Si los resultados son concluyentes, la empresa implementará estas nuevas instalaciones en el marco de la renovación de la depuradora de aguas residuales de Aïre.
Este proyecto permite evitar la emisión de 1.500 toneladas de CO2 al año desde la planta de biogás ubicada en la PASO, indica el SIG. El biogás se compone de un 60% de metano y alrededor de un 40% de dióxido de carbono, además de un poco de amoníaco, recuerda Frédéric Schulz. A la red de gas SIG sólo se inyecta biometano, lo que permite calentar 1.000 hogares.
CO2 líquido transportable
Por tanto, los SIG extraen dióxido de carbono del biogás mediante equipos que actúan como filtro molecular. Anteriormente liberaron este dióxido de carbono a la naturaleza. Hoy lo licuan llevándolo a muy baja temperatura y luego lo almacenan en un tanque instalado en el corazón de las PASO.
En forma líquida, el CO2 se vuelve fácilmente transportable. Aquí interviene la empresa bernesa Neustark. Transfiere el dióxido de carbono a un camión cisterna que transportará su carga a un fabricante de cemento. El dióxido de carbono se regasifica in situ.
A continuación, la empresa bernesa Neustark transforma el dióxido de carbono en piedra caliza integrándolo en áridos de hormigón procedentes de edificios derribados u otros residuos minerales. Estos áridos pueden utilizarse posteriormente para la fabricación de hormigón reciclado o en la construcción de carreteras.
Estructura estable
Dado que la piedra caliza tiene una estructura muy estable, el CO2 puede permanecer atrapado durante siglos. Simplemente no se debe someterlo a temperaturas superiores a 600 grados ni exponerlo a ácidos potentes, señala Elmar Vatter, portavoz de Neustark, que fue una de las primeras empresas en comercializar la eliminación del dióxido de carbono mediante mineralización en el hormigón de demolición. En estas situaciones extremas, el dióxido de carbono recupera su libertad en forma gaseosa.
Esta técnica de captura de CO2 es una forma de combatir el cambio climático, siendo el dióxido de carbono uno de los gases que contribuye al efecto invernadero. “Eliminamos la contaminación y las emisiones de CO2, es bueno para el clima y el medio ambiente”, comenta Frédéric Schulz.
ats/fgn
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