Nadie quiere vivir en esta casa.

Nadie quiere vivir en esta casa.
Nadie quiere vivir en esta casa.
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Lo que alguna vez fue una propiedad opulenta en Loz Feliz, un exclusivo barrio de Los Ángeles, parece estar teniendo dificultades para encontrar propietario. Esta propiedad de 464 m2 Aún tiene cinco dormitorios y un gran jardín. Sin embargo, sólo ha pasado de mano en mano desde hace más de 60 años. Los sucesivos propietarios supuestamente nunca vivieron allí.

Y por una buena razón: la casa, ubicada en Glendower Place 2475, tiene un pasado un tanto trágico. Fue construido en 1925 por una pareja formada por Harold y Florence Schumacher. Apenas tres años después, ambos murieron con apenas unas semanas de diferencia. Dos años más tarde, el autor Welford Beaton y su hijo Donald se mudaron allí. Pero poco después, este último falleció a causa de una infección, con sólo 21 años. Su padre, Welford, quebró unos meses después de la muerte de su hijo.

La casa vivió un capítulo particularmente trágico en 1959. Ese año, Harold Perelson, un médico, se mudó allí con su esposa, Lillian, y sus tres hijos, Judy, Joel y Debbie. En diciembre del mismo año, Harold mató a su esposa mientras dormía con un martillo antes de atacar a su hija Judy, que entonces tenía 18 años.

Joel, despertado por los gritos de la joven, logra mantener a raya a su padre y permite escapar a sus dos hermanas. Judy sobrevive al ataque y su padre, Harold, se suicida por una sobredosis de drogas. Lo que le valió a la casa el sobrenombre de “Mansión del Asesinato de Los Feliz” por parte de los medios.

Posteriormente la casa pasó por manos de diferentes propietarios, sin que ninguno de ellos se mudara a ella. Los proyectos de renovación nunca llegaron a concretarse por falta de autorización o falta de financiación. Una de las últimas propietarias fue la abogada Lisa Bloom, conocida por representar a Harvey Weinstein, condenado por agresión sexual.

El último propietario fue Ephi Zlotnitsky, director de Luxmanor Custom Home Builders. Él también se encontró en dificultades financieras, lo que llevó a que la propiedad se vendiera en una subasta. Por el momento desconocemos el importe de su precio, pero en el pasado su valor rondaba los 2,4 millones de dólares.

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