Después de más de seis años en Bélgica, Carles Puigdemont se ha instalado ahora en el sur de Francia, a pocos kilómetros de la frontera española, desde donde dirige su campaña para las elecciones autonómicas catalanas. Cada día, cientos de catalanes realizan el viaje.
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Publicado el 05/05/2024 a las 17:21
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Corresponsal en Barcelona
ISon sólo las 7:30 de la mañana de este sábado, pero la estación de autobuses de Fabra i Puig en el popular barrio de Sant Andreu de Barcelona ya está abarrotada. Entre los grupos de excursionistas, que buscan sus andenes para coger los autobuses regionales, grupos de independentistas esperan pacientemente para subir a uno de los autobuses que lleva la imagen de Carles Puigdemont.
“Quiero subirme al primer autobús que salga”, insiste una seguidora, con un distintivo de “presidente Puigdemont” en la chaqueta, al miembro de la organización que está repasando la lista de pasajeros. “¿Tengo tiempo para tomar un café antes de la salida?” Lo necesito. “, casi suplica otro activista de cincuenta años. Delante de ellos, tres autobuses partirán en unos minutos para el viaje de más de dos horas que les separa del que todavía llaman “nuestro presidente”.
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