Facilitar la detección de trastornos cognitivos

Facilitar la detección de trastornos cognitivos
Facilitar la detección de trastornos cognitivos
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Este texto forma parte de la sección especial Salud y bienestar


Para comprender mejor los trastornos cognitivos y la disminución de capacidades entre la población, se están llevando a cabo dos proyectos de investigación prometedores en las universidades de Quebec.
Descripción general.

Este es particularmente el caso de la Universidad Concordia, donde la profesora Natalie Phillips y su equipo están trabajando para detectar signos de demencia de aparición temprana, incluida la enfermedad de Alzheimer. Su trabajo está dirigido a personas de entre 60 y 70 años que experimentan una pérdida de capacidad cognitiva. “Estas personas dicen: ‘Creo que está sucediendo algo extraño’. No soy tan eficiente como antes”, resume la mujer que también ocupa la Cátedra de Investigación en Salud Cognitiva Sensorial, Envejecimiento y Demencia de la Universidad Concordia.

Entre 2000 y 2019, el número de personas de 40 años o más diagnosticadas con trastornos neurocognitivos importantes se triplicó, pasando de 43.130 a 126.285, según el Instituto Nacional de Salud Pública de Quebec (INSPQ). Esta cifra podría incluso aumentar un 145% de aquí a 2050, según un informe de la Sociedad de Alzheimer de Canadá publicado el pasado mes de enero.

En las pruebas convencionales que miden la capacidad cognitiva, estas personas se desempeñan de manera idéntica a las personas sanas. “Pero algunos se encuentran en las primeras etapas de la demencia o del Alzheimer. Y es clínicamente muy difícil detectar estas enfermedades en esta etapa, porque los cambios son muy sutiles”, explica M.a mí Phillips.

Uno de sus alumnos, Nick Grunden, utilizó una técnica única para analizar la relación entre las puntuaciones obtenidas en cada examen. Así, con este método se consigue detectar determinadas anomalías. “Estas personas parecen diferentes de las personas sanas que no se quejan, a medio camino entre ellas y las personas que sabemos clínicamente que tienen riesgo de desarrollar demencia”, describe M.a mí Phillips.

Un cuestionario en línea

En la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM), el profesor Dave Saint-Amour también busca nuevas formas de medir las capacidades cognitivas de los pacientes de neuropsicología.

Con su equipo, el profesor del Departamento de Psicología está creando una plataforma online accesible, ExecQc. A diferencia de la salud mental, que es fácil de evaluar mediante un cuestionario en línea, este no es el caso de las capacidades cognitivas. Facultades atencionales, memorización de información, tiempo de respuesta, velocidad de procesamiento… “Normalmente, medimos estas funciones con un neuropsicólogo o un psicólogo personalmente. Es más difícil hacer esto online”, resume.

Por eso está trabajando en el desarrollo de una nueva herramienta digital para ayudar a los profesionales en su trabajo. “Hay desafíos muy específicos”, explica el investigador. Así, para evaluar, por ejemplo, el tiempo de respuesta de una persona online, también hay que tener en cuenta la velocidad de la conexión a Internet, el tipo de ordenador, plataforma, etc. “Elegimos un lenguaje de programación de libre acceso que es muy potente y flexible. Nos permite tener una buena estimación del tiempo de respuesta considerando todas las barreras técnicas o logísticas que podemos encontrar con una herramienta digital. Y esta información es muy valiosa para los neuropsicólogos”, argumenta el investigador.

Mejores servicios

Saint-Amour tiene previsto probar su plataforma con profesionales de la Association québécoise des neuropsychologues para validar los resultados con un centenar de personas que tendrán un seguimiento. “Verificamos dos veces que la herramienta funcione. No queremos crear diagnósticos falsos con los pacientes”. En última instancia, espera que el método permita a los quebequenses acceder más fácilmente a los profesionales de la teleneuropsicología. “Hay muy pocos neuropsicólogos en la región. Ir y venir a Montreal cada vez no es muy práctico. Entonces, puede haber seguimientos por telemedicina”, afirma.

Por su parte, la profesora Phillips y su equipo están trabajando ahora para revisar la información recopilada e incorporar otra información, como el riesgo genético y los datos de imágenes cerebrales. “Entonces, lo que haremos a largo plazo es que podremos seguir a estos pacientes en riesgo durante varios años y encontrar quién verá empeorar su condición o desarrollar una forma de demencia. Así que podemos volver atrás y volver a analizar los datos para construir un perfil más claro de las personas cuando se encuentran en estas primeras etapas, con la esperanza de poder identificarlas antes”, proyecta el investigador.

Este contenido fue producido por el equipo de Publicaciones Especiales de Deber, relacionado con el marketing. La escritura del Deber no participó.

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