Un lugarteniente de una organización Yakuza ha sido arrestado en Tokio, intercambiando actividades criminales habituales por el robo de cartas Pokémon de alto valor.
En el cine y los videojuegos, la Yakuza suele ser retratada de manera romántica o dramática, involucrada en robos a bancos o extorsión. Pero esta vez, un teniente de la Yakuza acaba de ser arrestado por un delito bastante inusual: el robo de cartas Pokémon. Porque el dinero no huele y algunas colecciones valen cientos de miles de euros.
La Policía Metropolitana de Tokio, más precisamente la comisaría de Tachikawa, detuvo a Keita Saito, de 39 años, un influyente miembro del grupo Takinogawa del Sumiyoshi-kai, la segunda organización criminal más grande de Japón. Saito está acusado de haber asaltado una oficina en Ogano, en la prefectura de Saitama, robando objetos, entre ellos 25 preciosas cartas de Pokémon, valoradas en unos 252.000 yenes o unos 1.500 euros.
En la operación, que tuvo lugar a finales de diciembre de 2022, también participó Hidefumi Kuboshita, de 56 años, actualmente desempleado y sin vínculos demostrados con la Yakuza. Se dice que Kuboshita, que niega los cargos, jugó un papel clave en la planificación del robo. Actualmente se busca a otros dos cómplices, según informó Sora News.
El caso provocó una serie de reacciones en línea que iban desde la diversión hasta la incredulidad, y muchos se preguntaron si las actividades de Yakuza habían evolucionado tanto como para apuntar a las cartas TCG.
El robo de cartas Pokémon por parte de un miembro de la Yakuza demuestra que en el contexto económico actual, las cartas coleccionables se están convirtiendo en objetivos lucrativos. ¡Por su valor, por un lado, pero también por la ausencia de trazabilidad! Se está produciendo un cambio en las actividades tradicionales de la Yakuza, que parece avanzar hacia formas de delincuencia menos convencionales.
Las cartas Pokémon, por su valor y facilidad de reventa, se han convertido en objetivos atractivos para los ladrones. Ante el ingenio de los delincuentes, los coleccionistas y las tiendas especializadas quizá tengan que reforzar sus medidas de seguridad para proteger estos codiciados objetos. Y si esta vez la cantidad sigue siendo baja, imaginamos lo que podría resultar del robo de un Centro Pokémon o de una tienda especializada en JCC.
