El miércoles por la mañana entró en vigor en el Líbano el alto el fuego entre Israel y Hezbolá, poniendo fin a más de un año de hostilidades transfronterizas y dos meses de guerra abierta. Para los libaneses, este respiro marca un descanso de los incesantes bombardeos y supone un inmenso alivio.
Pero en Gaza, donde los combates han durado 14 meses, los sentimientos son muy diferentes. Mientras el enclave costero sigue sufriendo ataques devastadores, el pueblo palestino se siente olvidado. Con más de 44.000 muertos, la situación humanitaria es catastrófica y la esperanza de un alto el fuego parece lejana.
Inicialmente, el anuncio de la tregua fue recibido con emoción en Gaza. Muchos, como Ramzi, expresaron su solidaridad con el Líbano, conscientes de la devastación que los bombardeos israelíes han causado en el sur del país. Pero la euforia rápidamente dio paso a la amargura.
“¡Que detengan la guerra aquí también!”
“Nosotros también somos civiles, vivimos en tiendas de campaña, no nos queda nada, tememos por nuestros hijos”, lamenta Ramzi, visiblemente molesto. “¡Que detengan la guerra aquí también! ¿Realmente no hay nadie lo suficientemente fuerte como para imponer un alto el fuego en Gaza? La sangre palestina se ha derramado durante más de un año. ¡Ya es suficiente!”.
Los residentes de Gaza temen que el acuerdo con el Líbano haya dado al ejército israelí luz verde tácita para intensificar sus operaciones en el enclave palestino. Este temor se ve exacerbado por el bloqueo de las negociaciones, particularmente después de que Qatar suspendiera sus esfuerzos de mediación, alegando una falta de seriedad por parte de ambas partes.
Oum Mohammad, desplazada en Deir Balah, comparte su consternación: “Nosotros también queremos negociaciones serias. Queremos que todo esto termine. Estamos agotados”.
Ante esta situación, los habitantes de Gaza oscilan entre el pesimismo y la esperanza. Algunos, desilusionados, afirman que con Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, también se habría producido un alto el fuego en Gaza. Otros, más optimistas, quieren creer que Gaza será la próxima en beneficiarse de un acuerdo.