si enviar una carta a santa es común, recibir una respuesta es más raro. Más aún cuando todo sucede en un solo municipio. Es el caso de Marigné-Laillé (Sarthe), donde el ayuntamiento creó hace cinco años un buzón navideño. Cada año, estos son unas cincuenta letras que recibe el ayuntamiento –perdón… Papá Noel–.
Cathy Brené, responsable de cultura, turismo, vida comunitaria y comunicación de Marigné-Laillé, es la pluma de Papá Noel. Ella fue quien propuso esta idea, y quien responde de forma personalizada a los niños. “Se necesita tiempo, hay que responder a cada niño individualmenteincluso para familias numerosas”, explica.
Un intercambio entre Papá Noel y los niños
Ciertamente, el objetivo de esta idea es, para los niños, tener una respuesta de Papá Noel. Sin embargo, no es raro que él también reciba un regalo. “Scoubidous, pulseras, caramelos… hay un verdadero intercambio entre ellos”, sonríe Cathy Brené.
De los 168 escolares del pueblo, un buen número ya ha mantenido correspondencia con Papá Noel. Para algunos, como Emma, en primer grado, ya no cuenta los años “Creo que han pasado cinco años… ¡llevamos hablando con ella desde que nacimos!”
El municipio lo está haciendo con mucha antelación: instalado el 18 de noviembre cerca del granero del pueblo, detrás de la iglesia, el buzón será accesible hasta el 15 de diciembre. De esta forma, los niños podrán recibir su carta personalizada de Papá Noel para el 25 de diciembre: un regalo más bajo el árbol.
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