¿Impulsará la IED en Argentina?

¿Impulsará la IED en Argentina?
¿Impulsará la IED en Argentina?
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Fuente de la imagen: Red92.

Desde que se convirtió en el “primer presidente libertario” de la historia, Javier Milei no sólo ha revolucionado la política argentina sino que también ha llamado significativamente la atención sobre un país que había quedado relativamente aislado de las principales conversaciones en Occidente. Milei se ha convertido en una figura prominente para los ciudadanos de todo el mundo debido a su estilo único, su narrativa atractiva y las ambiciosas reformas que planea implementar para transformar radicalmente la economía argentina.

Entre los temas que le han aportado gran visibilidad cabe destacar su intensa actividad internacional. Hasta mediados de junio de 2024, el presidente se había embarcado en siete viajes al extranjero, incluidos cuatro a Estados Unidos. Su próxima gira europea, donde asistirá a la cumbre del G7, lo convertirá en el presidente argentino con más visitas internacionales en sus primeros seis meses de mandato. sin embargo, su vigorosa diplomacia presenta algunas características distintivas e innovadoras que lo diferencian de administraciones anteriores.

La mayoría de estas visitas se alinean con uno de los principales objetivos de Milei: atraer importantes flujos de inversión extranjera directa (IED), que permitan a su administración modernizar la infraestructura productiva del país, impulsar sus exportaciones y así integrarlo plenamente a la globalización. Si bien un componente crucial de esta agenda implica la implementación de importantes reformas internas (como se evidencia en su promesa de adoptar el ‘modelo irlandés’ y el controvertido régimen ‘RIGI’ en el proyecto de ley Ómnibus), sus esfuerzos diplomáticos también constituyen un pilar clave de su estrategia para impulsar la inversión. .

Una estrategia que se destaca de manera destacada es el énfasis puesto en interactuar con líderes empresariales y directores ejecutivos a expensas del protocolo diplomático tradicional con jefes de Estado y de gobierno. En ninguna de sus cuatro visitas a Estados Unidos se reunió con el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris o algún miembro de su administración. En cambio, visitó a destacadas figuras empresariales como Elon Musk (CEO de Tesla y Starlink, entre otras empresas), a quien visitó dos veces, así como a Mark Zuckerberg de Meta y directores ejecutivos de otras empresas tecnológicas como Apple, Alphabet (empresa matriz de Google) y IA abierta. Aunque Milei se reunió con funcionarios de la Casa Blanca durante sus visitas a Argentina, su enfoque durante sus propios viajes enfatiza su preferencia por interactuar con ejecutivos de empresas.

Este enfoque diplomático único plantea algunas preguntas clave que deben abordarse: ¿por qué Milei ha adoptado una estrategia tan distintiva? ¿Se alinea con la dinámica actual del entorno empresarial global en medio de un contexto geopolítico cada vez más volátil y competitivo? En resumen, ¿esta “diplomacia de los directores ejecutivos” tendrá éxito en atraer IED significativa a un país en extrema necesidad?

Cómo las ideas libertarias de Milei dan forma a sus puntos de vista sobre política exterior

La decisión de Milei de implementar una ‘diplomacia de CEO’ no es casualidad. Para entenderlo, hay que considerar sus fundamentos ideológicos, que dan forma a sus percepciones y visión del mundo, condicionando así su enfoque de política exterior. En este sentido, la diplomacia de Milei tiene sus raíces en los principios de la Escuela Austriaca de Economía, que moldean significativamente los puntos de vista, pensamientos y percepciones de Milei.

En su ampliamente leído libro de 1973, Por una nueva libertad: el Manifiesto Libertario, Murray Rothbard describe numerosas ideas que han influido significativamente en la visión del mundo de Milei. En una entrevista reciente, el presidente incluso afirmó que Rothbard era “su norte”. El libro se centra en una de las ideas centrales de Rothbard y la Escuela Austriaca: la abolición del Estado, tal como lo entienden como una entidad coercitiva que limita la libertad del individuo.

Respecto a la política exterior, Rothbard afirma que “en un mundo perfectamente libertario (…) no habría política exterior, porque no habría estados, ni gobiernos (…)”. Considerar la influencia que han tenido estos trabajos en la formación de Milei es crucial para entender su comportamiento como presidente. Si bien esto no significa que evite por completo la política exterior tradicional, ya que de hecho se ha reunido con líderes extranjeros ideológicamente alineados como Nayib Bukele (El Salvador), Giorgia Meloni (Italia) y Benjamín Netanyahu (Israel), sigue siendo cierto que sus visitas más publicitadas y celebradas han sido con figuras del sector empresarial. De hecho, la importancia de estos individuos en la visión de Milei sobre la política internacional fue evidente incluso durante su campaña. Tras su entrevista con Tucker Carlson y los elogios que recibió de Elon Musk, su asesor cercano y actual ministro de Asuntos Exteriores https://twitter.com/DianaMondino/status/1703419478757802169 que Argentina estaba “de vuelta en el escenario geopolítico”.

Estos elementos sugieren que Milei –y su administración– en última instancia ven el sistema internacional como una esfera en la que los Estados y los gobiernos no necesariamente deben ser considerados los actores principales. En cambio, dado su fuerte trasfondo ideológico, cree que personas influyentes como los directores ejecutivos de empresas de tecnología son mucho más relevantes para lograr el éxito económico de Argentina a través de la atracción de inversiones.

La diplomacia de los directores ejecutivos en la década de 2020

La cuestión de si es probable que la “diplomacia de los directores ejecutivos” de Milei tenga éxito en su objetivo de atraer IED significativa sigue siendo clave. Para intentar responderla, es crucial examinar cómo será el mundo en la década de 2020, ya que el entorno global es siempre una limitación clave para el éxito de la política exterior de cualquier país, pero especialmente de los periféricos. ¿Va el mundo hacia un ‘momento tecnopolar’, como sugirió Ian Bremmer, en el que las grandes empresas tecnológicas serán cada vez más los actores más influyentes en la esfera geopolítica?

Como señaló el profesor Stephen Walt, independientemente de cuán importantes estén adquiriendo las grandes empresas tecnológicas, los estados aún conservan un poder que los coloca en una posición incomparable debido al poder y la lealtad que poseen. Si bien las decisiones de inversión de las empresas rara vez están influenciadas por las preferencias políticas de sus estados de origen, los gobiernos de todo el mundo han ido ganando terreno continuamente en el ámbito de la toma de decisiones de inversión debido a los cambios en las condiciones globales.

Un documento de trabajo reciente del FMI ha mostrado pruebas sólidas de que los flujos tanto de comercio como de IED están cambiando rápidamente debido a tensiones geopolíticas, así como a un aumento de las medidas distorsionadoras del comercio que los gobiernos están implementando con miras a mejorar la resiliencia de sus cadenas de suministro y garantizar su seguridad económica. La conclusión más significativa que se puede extraer de esto es que, si los estados están configurando cada vez más los flujos de IED basándose en consideraciones de seguridad nacional y resiliencia de la cadena de suministro, una estrategia diplomática eficaz destinada a atraer inversiones daría importancia a las relaciones entre Estados.

¿Será exitosa la diplomacia del CEO?

Con base en esta evidencia, una estrategia diplomática que socave la relevancia de los jefes de Estado y de gobierno en la atracción de flujos de IED no parece ser la más pragmática en el actual entorno global. Las opiniones radicales de Milei siguen siendo una limitación para el éxito de su agenda dada la naturaleza de los asuntos mundiales actuales. Es probable que el peso que tiene su ideología en su política exterior y estrategia diplomática conduzca al fracaso debido a su limitado reconocimiento de la importancia de los Estados modernos como impulsores de las prioridades económicas y la inversión.

Sin embargo, dado que este análisis se centra principalmente en la diplomacia de Milei y su comportamiento en política exterior dada su visión del mundo, también debe reconocerse que una política exterior más matizada por sí sola no necesariamente convertiría a Argentina en un destino atractivo para la IED. Por el contrario, la política exterior sigue siendo un factor secundario, aunque cada vez más importante, para este objetivo, siendo las barreras económicas internas el obstáculo más importante.

Para que Milei transforme profundamente a Argentina, entre otras cosas atrayendo importantes flujos de IED, es imperativo que su administración aborde primero los urgentes problemas internos que enfrenta el país. Es crucial mejorar el entorno macroeconómico reduciendo drásticamente el gasto público, endureciendo la política monetaria, eliminando los controles cambiarios y creando un marco fiscal que incentive la inversión. Además, también debería ser una máxima prioridad un enfoque microeconómico que proporcione estímulo a sectores específicos para atraer más inversiones. Los sectores clave deberían ser bienes transables con miras a impulsar las exportaciones, especialmente en aquellas actividades vinculadas a los recursos naturales y la biotecnología, donde Argentina tiene ventajas comparativas.

Por lo tanto, para integrarse plenamente a la globalización impulsando su entrada de IED y modernizando su infraestructura productiva para un crecimiento sostenible, Argentina debe implementar muchos cambios. Entre ellos, la política exterior de la administración requiere revisión. La ‘diplomacia de los directores ejecutivos’ de Milei es ineficaz para maximizar las oportunidades potenciales que ofrece el mundo, ya que se basa en una comprensión errónea de la dinámica global actual. Una política exterior más pragmática debería ir acompañada de reformas estructurales a nivel macro e incentivos apropiados para sectores específicos para que Argentina se convierta en un mercado emergente más atractivo y propicio para los negocios, preparado para beneficiarse de las oportunidades que brinda su riqueza en recursos naturales.

Fernando Prats es el Director del Programa para América Latina de London Politica. Se especializa en riesgo político en América Latina y ha contribuido con artículos e informes para varias firmas de consultoría, grupos de expertos y publicaciones en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá e India.

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