El gobierno de este país, gran exportador de armas, ya había indicado que estaba estudiando la posibilidad de enviar armas directamente a Kiev, en respuesta al despliegue de soldados por parte de Pyongygang para apoyar a Moscú en su guerra contra Ucrania.
Se ha opuesto hasta ahora debido a una política nacional de larga data que le impide suministrar armas a países involucrados en conflictos activos.
“Ahora, dependiendo del nivel de participación de Corea del Norte, ajustaremos gradualmente nuestra estrategia de apoyo en varias etapas”, dijo el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, en una conferencia de prensa en Seúl.
“Esto significa que no excluimos la posibilidad de proporcionar armas”, añadió, precisando, sin decir más, que “si nos involucramos en el apoyo armamentístico, consideramos las armas como una prioridad defensiva”.
Según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, 11.000 soldados norcoreanos han sido desplegados en la región rusa de Kursk, fronteriza con Ucrania, para apoyar a las fuerzas del Kremlin.
Durante la misma conferencia, Yoon afirmó, durante una conversación telefónica con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que había aceptado una reunión que tendría lugar “en un futuro próximo”.
“Creo que tendremos la oportunidad de reunirnos durante este año”, afirmó.
Durante este intercambio telefónico, los dos Jefes de Estado discutieron varios temas relacionados con Corea del Norte, como “el envío de más de 7.000 globos de basura, la interferencia del GPS” y los lanzamientos de misiles norcoreanos, señaló Yoon.
El miércoles, la cámara alta del Parlamento ruso ratificó un tratado de defensa mutua con Corea del Norte, firmado durante una rara visita de Vladimir Putin a Pyongyang en junio, que prevé en particular una “ayuda militar inmediata” recíproca en caso de ataque contra uno de los dos países.
Tras la victoria de Donald Trump, la preocupación de los ucranianos: “Siento una especie de ansiedad, porque no sé qué esperar”
Una participación de soldados norcoreanos en los combates, que Occidente considera inminente, sería un nuevo golpe para las tropas ucranianas, carentes de hombres y armas, que se retiran en muchos sectores del frente.