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Un ataque con misiles rusos contra una comisaría de policía en el centro de Járkov, en el noreste de Ucrania, mató al menos a un policía este viernes 1 de noviembre e hirió a otras 30 personas, informó la policía ucraniana.
Un nuevo golpe mortal. El viernes 1 de noviembre, una comisaría de policía de Járkov fue blanco de ataques con misiles rusos. “Los rusos atacaron una comisaría de policía en el centro de Járkov con dos misiles, matando a un oficial de policía e hiriendo a otras 26 personas, así como a cuatro civiles”, dijo el jefe de la policía ucraniana Ivan Vyguivsky en Facebook.
La persona asesinada, Andriï Matvienko, tenía el rango de coronel, afirmó. También publicó fotografías que mostraban un gran cráter, enormes montones de escombros y un oficial de policía cubierto de sangre siendo atendido en una ambulancia. Según el Ministro del Interior, Igor Klymenko, tres policías heridos también se encuentran en estado grave. “Los médicos están luchando por sus vidas”, dijo en Telegram.
Kyiv pide más ayuda
Járkov, una gran ciudad situada a menos de treinta kilómetros de la frontera rusa, sufre con mucha frecuencia ataques mortales, especialmente en zonas residenciales. Tres personas, entre ellas dos menores, murieron y una treintena resultaron heridas el miércoles por un bombardeo ruso contra un edificio. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reaccionó a este ataque instando a sus socios a ayudar más a Ucrania.
En particular, pide a Occidente el derecho de atacar más profundamente el territorio ruso con armas de largo alcance. En mayo, el ejército del Kremlin intentó una ofensiva en la región de Kharkiv, con el objetivo anunciado de crear una zona de amortiguación para limitar los ataques ucranianos contra objetivos militares o industriales en su territorio.
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