Ha llegado el tan esperado “milagro”, la sonda resucita

-

Hace más de seis meses, la legendaria sonda interestelar Voyager 1 sufrió un mal funcionamiento que la dejó en un estado lamentable. Las previsiones iniciales eran bastante pesimistas, y el equipo de ingenieros que cuida esta vieja máquina estimó incluso que requeriría un “ milagro » para salvarla… pero su excepcional perseverancia acabó dando sus frutos; Por primera vez desde el otoño de 2023, los cuatro instrumentos de la máquina han comenzado a transmitir datos científicos nuevamente..

Esta serie comenzó el 14 de noviembre, cuando parte de la memoria de Subsistema de datos de vuelo, ha fallado el ordenador de a bordo que formatea los datos antes de que sean transmitidos por el módulo de comunicación. Por razones aún desconocidas, su memoria se ha dañado parcialmente, lo que impide que el sistema operativo acceda a ciertas piezas vitales de código.

Varios meses fuera de servicio

La hipótesis más convincente es que la memoria fue atravesada por una partícula de alta energía que cambió el estado de un dígito binario de 0 a 1, o viceversa. Hablamos de poco volteadoy este es un fenómeno que los ingenieros se toman muy en serio, sabiendo que los vehículos espaciales están mucho más expuestos a esta radiación problemática que los vehículos terrestres.

En cualquier caso, este problema de memoria tuvo consecuencias muy concretas que podrían compararse con una especie de derrame cerebral. En lugar de datos científicos, la Voyager enviaba un galimatías completamente inutilizable. Por ello, el equipo inició un trabajo a largo plazo en el FDS para salvar esta máquina que ocupa un lugar muy importante en la historia de la exploración espacial.

El subsistema de datos de vuelo de las sondas Voyager. © JPL/NASA

Esta misión de rescate resultó particularmente laboriosa. De hecho, las dos sondas Voyager fueron diseñadas hace más de cincuenta años. Para resolver el problema, los ingenieros tuvieron que revisar una montaña de documentación en papel que a menudo era muy difícil de entender, sabiendo que nada correspondía a los estándares actuales. “ Realmente hay que hacer excavaciones arqueológicas para encontrar esta información. », explicó el responsable de la máquina en una entrevista con Ars Técnica Marzo pasado.

Un rescate extremadamente delicado

Este minucioso trabajo comenzó a dar sus frutos después de varias semanas, cuando un miembro del equipo finalmente identificó una superficie de ataque explotable. Este canal permitió recuperar una copia completa de la memoria FDS. Un recurso valioso, ya que era más o menos el único elemento que podía avanzar en el diagnóstico. Después de algunas semanas de trabajo adicional, el equipo pudo identificar exactamente qué parte de la memoria estaba dañada, hasta el último bit.

Un gran paso adelante, sin duda; pero aún quedaba por hacer la parte más difícil. Para volver a poner en servicio la Voyager 1, el equipo diseñó un plan de acción que era más o menos neurocirugía de software. El objetivo era mover los datos corruptos a otra porción saludable de la memoria donde no interrumpieran el funcionamiento de la computadora de a bordo.

Sin embargo, este dinosaurio real tiene una cantidad de memoria muy limitada. Por lo tanto, no había ninguna porción de memoria continua lo suficientemente grande como para reubicar la secuencia de bits problemática. Por tanto, los ingenieros decidieron cortar los elementos corruptos en pequeños trozos para distribuirlos en las pocas porciones libres de la memoria.

Una operación de alto riesgo. Obviamente, la Voyager no tenía un sistema operativo moderno, por lo que cada operación debía realizarse manualmente, especificando con precisión qué secuencia debía moverse y dónde. Este procedimiento requirió enormes esfuerzos de planificación, porque cada golpe del bisturí virtual podría haber creado nuevos problemas, o incluso haber dejado la sonda fuera de servicio permanentemente.

Todos los instrumentos ya operativos

Afortunadamente la operación salió perfecta. El 20 de abril, la Voyager 1 finalmente comenzó a comunicarse normalmente nuevamente. Un gran alivio para los ingenieros y los amantes del espacio, pero aún no es una victoria completa. Aún era necesario determinar si la sonda todavía era capaz de movilizar sus instrumentos a bordo para producir datos científicos.

Y esto es precisamente lo que confirmó el prestigioso Jet Propulsion Lab de la NASA el 13 de junio. Los sensores de sus cuatro instrumentos ya están operativos y los datos llegan a su destino; EL ” milagro » Ha llegado el tan esperado.

Una máquina legendaria al final de su vida

A partir de ahora, salvo que se produzca un nuevo mal funcionamiento de sus antiguos componentes, la energía y la temperatura serán los factores limitantes. Después de casi 50 años de buen y leal servicio, su reactor de plutonio comienza a dar signos de debilidad. Por tanto, el presupuesto energético de la Voyager 1 cae un poco más cada año. Por eso, para aumentar su esperanza de vida, la NASA decidió apagar ciertos sistemas no esenciales, como los radiadores. Con este enfoque, los ingenieros esperan poder mantener el contacto durante unos diez años, siempre que desactiven los últimos instrumentos al acercarse a la recta final.

Si el final se acerca inexorablemente, esto al menos permitirá a la máquina continuar su fabulosa epopeya en las mejores condiciones posibles y consolidar sus increíbles récords. El año que viene, cruzará la barrera simbólica de los 25 mil millones de kilómetros de distancia de la Tierra, consolidando aún más un récord que ya había ganado mucho antes de convertirse en la primera nave interestelar de la historia, en 2012. La Voyager 1 también puede presumir de tener la carrera más larga de la historia. de exploración espacial; En 2027 celebrará su 50 aniversario en el espacio.

Al entrecerrar los ojos, se puede detectar un “punto azul pálido” en medio de un rastro de luz; Esta es la Tierra vista por la Voyager desde el borde del sistema solar. © NASA / JPL-Caltech

Durante estas cinco décadas, desempeñó un papel determinante en el imaginario colectivo, en particular a través de fotografías legendarias como la Pálido punto azul — la Tierra, sola en medio del espacio, vista desde los confines del sistema solar. Estas contribuciones han permitido a millones de humanos tomar conciencia de la grandiosa y aterradora inmensidad de nuestro universo y, por extensión, poner en perspectiva el estado de nuestra civilización.

Aunque la Voyager 1 y su gemela Voyager 2 están ahora demasiado lejos para tomar esas fotografías, ya se han ganado con creces su lugar en el Panteón de la exploración espacial; Por lo tanto, tendrás que seguir saboreando cada parte de esta misión épica hasta el último momento. Qué aventura !

-

PREV El HomePod, el gran olvidado de Apple Intelligence
NEXT OpenAI lanza GPT crítico para reparar GPT-4