Algunos cánceres podrían tener un origen epigenético

Algunos cánceres podrían tener un origen epigenético
Algunos cánceres podrían tener un origen epigenético
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El origen y desarrollo de los cánceres se debe a la interacción de factores genéticos, epigenéticos y ambientales. El enfoque dominante da preponderancia a las mutaciones genéticas, consideradas el principal factor causal. Sin embargo, el papel de los factores epigenéticos parece cada vez más importante. Se ha dado un paso decisivo por un equipo internacional que incluye investigadores de la Universidad de Montpellier y del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas). Publicado en la revista Naturalezasu trabajo De hecho, proporciona fuertes argumentos a favor de la posibilidad de que los factores epigenéticos por sí solos puedan inducir y mantener el cáncer.

Estaba interesada en el complejo proteico Polycomb (PcG – Grupo Polycomb), que existe en muchos organismos, desde la mosca Drosophila hasta los humanos. Este complejo tiene la propiedad de modificar la cromatina para suprimir la expresión de determinados genes, en particular los del desarrollo embrionario. Las alteraciones en su funcionamiento conducen a anomalías del desarrollo y cánceres.

Los investigadores provocaron una disminución en la cantidad de PcG en los núcleos celulares de las moscas de la fruta. Esto provocó la activación de genes que codifican moléculas de la vía de señalización intranuclear JAK-STAT, implicada en la transcripción, y la aparición de procesos cancerosos. Sin embargo, la restitución de cantidades normales de PcG no da como resultado la supresión de la actividad de los genes que codifican la vía JAK-STAT. Esto significa que la disminución transitoria de PcG provocó un fenómeno constante al desencadenar un proceso autosostenible, la expresión de genes que codifican la vía JAK-STAT, con la consecuencia de la aparición y mantenimiento de cánceres.

En términos generales, este resultado nos permite postular que un proceso epigenético es capaz de generar y alimentar un proceso canceroso por sí solo. Esta hipótesis se ve respaldada por el hecho de que la PcG está presente en una amplia variedad de seres vivos y que, por lo tanto, es posible suponer que la extrapolación de los resultados de este trabajo más allá de Drosophila es legítima. Además, para los autores, su trabajo es consistente con varias observaciones previas. Por ejemplo, se ha demostrado en varias cohortes de pacientes con mieloma múltiple que la disminución de la expresión de los genes que codifican PcG se asocia con un mal pronóstico. Los autores sugieren que futuros trabajos examinen más a fondo el papel de las alteraciones epigenéticas en esta y otras patologías.

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