¿Hay algo de verdad en estos mitos alimentarios?

¿Hay algo de verdad en estos mitos alimentarios?
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La comida y la cocina tienen su parte de leyendas urbanas. Algunos deben tomarse con cautela, especialmente en lo que respecta a la higiene.

Mucha gente cree que lavar la carne cruda ayudaeliminar bacterias y reducir el riesgo de contaminación. Sin embargo, los expertos desaconsejan hacer esto. Como explica a la emisora ​​de radio “Bayern 1” Heidrun Schubert, especialista en nutrición del Centro de Consumo de Baviera, lavar la carne no sólo no es necesario, sino que incluso puede ser peligroso.

De hecho, las salpicaduras provocadas por el enjuague de la carne bajo el grifo pueden propagar aún más las bacterias y contaminar todas las superficies de la cocina. Sin mencionar que el agua del grifo no está lo suficientemente caliente como para matar las bacterias de manera efectiva. Los patógenos potenciales se propagan al fregadero y a la encimera de la cocina, aumentando el riesgo de contaminación de otros alimentos. Si quieres ir a lo seguro, lo mejor es cocinar bien la carne para eliminar los microorganismos patógenos.

¿Se puede comer la comida que ha caído al suelo si lleva menos de tres segundos en el suelo? Sin embargo, expertos como el microbiólogo Dirk Bockmühl advierten contra esta idea preconcebida. Como explica al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, la superficie de contacto es decisiva. De hecho, un suelo liso alberga una mayor cantidad de bacterias que una alfombra limpia. Los alimentos con un alto nivel de humedad (carne, pepino, etc.) también ofrecen una mayor superficie para que se adhieran las bacterias que los alimentos secos. Por tanto, es aconsejable prestar más atención a los alimentos húmedos. No está científicamente demostrado que los alimentos que han caído al suelo y permanecen en el suelo sólo unos segundos sigan siendo comestibles y no presenten ningún riesgo para la salud.

Si crees que no hay nada de malo en comer una salchicha asada que lleva demasiado tiempo en la parrilla, ¡piénsalo de nuevo! Es francamente insalubre. De hecho, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los alimentos quemados pueden contener sustancias cancerígenas, como la acrilamida, que se forman durante el proceso de cocción a altas temperaturas.

El contenido de sustancias nocivas también es proporcional al grado de quema de los alimentos. Para minimizar cualquier riesgo, se recomienda no asar en exceso ni asar la carne, para evitar la formación de humo y llamas y no cocinar la carne directamente sobre el fuego abierto. Por ello es aconsejable retirar las partes carbonizadas de alimentos como pizzas, salchichas a la plancha o tostadas antes de consumirlos.

Según otra creencia popular, la leche se echa a perder cuando hay tormenta. Este mito se basa en la hipótesis de que el aire cargado de electricidad hace girar la leche, que luego se vuelve “ácida”. Ciertamente, esto era común antes de la llegada del refrigerador, aunque incluso hoy en día, la leche que se deja a temperatura ambiente se echa a perder rápidamente, especialmente cuando hace calor.

Por otro lado, una tormenta no tiene un impacto directo en la vida útil de la leche u otros alimentos conservados en el frigorífico. La vida útil está determinada principalmente por el control de temperatura y la higiene aplicados durante el almacenamiento. Por eso la leche siempre debe mantenerse fría, alejada de la luz y del calor.

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