Envejecimiento: este cerebro que necesita ser mimado

Envejecimiento: este cerebro que necesita ser mimado
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El cerebro se desgasta, pero nuestro comportamiento diario puede influir en su envejecimiento. Entrevista a la especialista en Ginebra Anne-Claude Juillerat Van der Linden, que dará una conferencia el 10 de abril en Bulle.

Para la especialista en neuropsicología Anne-Claude Juillerat Van der Linden, varios factores controlables permiten reducir el riesgo de un envejecimiento cerebral problemático. © Diane Bouchet

Para la especialista en neuropsicología Anne-Claude Juillerat Van der Linden, varios factores controlables permiten reducir el riesgo de un envejecimiento cerebral problemático. © Diane Bouchet

Publicado el 04.07.2024

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

“El envejecimiento es una oportunidad, si tienes las herramientas para aprovecharla”. Este es, en esencia, el mensaje que la doctora en psicología Anne-Claude Juillerat Van der Linden pronunciará este miércoles 10 de abril en Bulle, durante una conferencia organizada por las Comisiones de personas mayores de Gruyère y por la Red Social y Sanitaria de Gruyère. El especialista en neuropsicología, profesor de la Universidad de Ginebra, se aleja del discurso “dominante” y “patologizante” sobre el envejecimiento cerebral. “El cerebro se desgasta. Pero preparándose es posible reducir los efectos nocivos del envejecimiento cerebral”, resume el cincuentón.

¿Por qué ya no hablas más de la enfermedad de Alzheimer?

Anne-Claude Juillerat Van der Linden: El discurso dominante afirma que existe una enfermedad específica, el Alzheimer, caracterizada por lesiones cerebrales (placas seniles y degeneración neurofibrilar). También se asocia con atrofia del hipocampo (estructura muy implicada en la memoria), reducción del metabolismo cerebral y ciertos biomarcadores anormales en el líquido cefalorraquídeo.

¿Y qué hay de malo en esta visión?

El término “Alzheimer” reúne perfiles y desarrollos muy diferentes en términos de memoria, lenguaje, gestos, reconocimiento de lugares o rostros, o incluso planificación. Además, las llamadas lesiones típicas de la enfermedad de Alzheimer pueden estar relacionadas con otras causas, biológicas y psicológicas. A finales de la década de 1990, los estudios demostraron que las personas que sufren de depresión o estrés crónico pueden tener atrofia del hipocampo. Sin embargo, les dijeron que tenían “Alzheimer”. Asimismo, los biomarcadores no son predictores absolutos. Por tanto, el “Alzheimer” reúne múltiples procesos y no es de extrañar que ningún tratamiento funcione realmente. Prefiero hablar del envejecimiento cerebral problemático.

¿Pero qué consecuencias, en la práctica?

Ciertos sistemas cerebrales (la memoria, por ejemplo) se conservan y pueden movilizarse para optimizar la autonomía. Además, significa admitir la complejidad y no quedar encerrados en la etiqueta devastadora del diagnóstico de Alzheimer. Detrás del problemático envejecimiento cerebral hay muchos factores diferentes. Algunas son genéticas, pero muchas otras dependen de nuestras experiencias y comportamientos a lo largo de nuestra vida. Podemos actuar para modificarlos.

“Sentirse parte de un grupo es extremadamente protector”.
Anne-Claude Juillerat Van der Linden

¿Cuáles son estos factores?

A nivel biológico, los riesgos clásicos relacionados con el sistema cardiovascular (diabetes, hipertensión, colesterol) debilitan el cerebro y favorecen la neurodegeneración. Los trastornos del sueño también pueden causar un envejecimiento cerebral problemático, que no elimina adecuadamente los desechos de la actividad cerebral diurna.

También hablas de factores psicológicos…

Existe un mayor riesgo para las personas que han experimentado un trauma importante, que, por ejemplo, perdieron a uno de sus padres antes de la adolescencia (especialmente a la madre), o que vivieron una infancia sin afecto, o que han experimentado una depresión grave. Lo mismo ocurre con ciertos rasgos de la personalidad, como la ansiedad o centrarse en el desempeño negativo. Los medicamentos (ansiolíticos, antidepresivos, neurolépticos) también aumentan los riesgos, al igual que el alcohol o el tabaco.

Imaginamos que la autoimagen influye, ¿verdad?

Es fascinante. Los investigadores separaron a personas perfectamente sanas de entre 60 y 70 años en dos grupos homogéneos. El primero creía que participaba en un estudio sobre personas de 20 a 70 años, el segundo, sobre personas de 60 a 100 años. Los miembros del primer grupo se consideraban “los viejos del grupo”. Sus resultados fueron entre un 25% y un 30% inferiores a los del segundo grupo, aunque similares. Esto afectó su desempeño en memoria, lectura, escritura, razonamiento e incluso equilibrio. Algunos incluso merecían un diagnóstico de Alzheimer, a pesar de gozar de perfecta salud. Este es un fenómeno bien conocido de profecía autocumplida.

A veces se dice que el cerebro es un “músculo”. ¿Erróneamente?

Digamos que es un dispositivo conectado que necesita mantenimiento. Es muy importante mantener la curiosidad y aprender durante toda la vida, sin ser monomaníaco. Lo más efectivo, según los estudios, es realizar cuatro actividades diferentes por semana. Sólo necesitan ser variados y sacarte un poco de tu zona de confort. En Lancy ofrecemos conciertos y comidas poéticas. Incluso tenemos veinte personas mayores que practican boxeo tailandés. ¡Si si! También crea conexiones y algunas personas se redescubren y revalorizan. También estamos aumentando el número de proyectos intergeneracionales, que están transformando espectacularmente la forma en que los niños ven a sus mayores (y a la vejez). Plantearse retos, sentirse parte de un grupo, es sumamente protector. Pero no es sencillo. No puedes imaginar una vida de jubilado si no piensas en ello durante cuarenta años.

En última instancia, estás predicando una forma de vida saludable…

Pero no por higiene. Yo diría que debemos mantener un relativo equilibrio, donde el placer tiene un lugar importante. Caminar, por ejemplo, es una recomendación importante. Pero no es necesario subir al Moléson todos los días. Simplemente caminar 10 kilómetros repartidos en una semana retrasa cuatro años el riesgo de pérdida de autonomía. ¡Es significativo! Caminar también influye en el estrés y la depresión.

Dicho esto, no debemos entender que cada uno es totalmente responsable de la calidad de su envejecimiento. No elegimos nuestros accidentes, nuestras enfermedades o nuestra situación socioeconómica, por ejemplo. Para algunos factores, el poder de actuar también depende de la comunidad y las políticas. Otra forma de envejecimiento implica también otra sociedad. Este es el caso del acceso a alimentos saludables, por ejemplo.

>Conferencia pública el 10 de abril, de 19 a 21 horas, en la sala de ciclos de orientación de Bulle.

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