La Autoridad Federal de Supervisión de los Mercados Financieros (Finma) no pudo hacer frente a Credit Suisse y no impuso ciertos cambios. Ésta es una de las conclusiones del informe de investigación parlamentaria sobre la quiebra del segundo mayor banco suizo, publicado a finales de año.
¿Podrá Finma imponerse a la UBS, que ha crecido aún más tras la adquisición de su rival? No logró cambiar ciertas prácticas en Credit Suisse, como muestra el informe de investigación parlamentaria publicado en diciembre, que habla de una “ineficacia parcial” del regulador.
Cuando se trata de bancos pequeños y medianos, parece estar a la altura de la tarea. No tiene ningún problema en decidir y aplicar medidas a veces muy duras. Incluso se dice de Finma que asusta a los establecimientos más pequeños, lo que no fue el caso de Credit Suisse.
metodo americano
Otra autoridad, el Banco Nacional Suizo (SNB), podría encargarse del seguimiento de los grandes bancos, en este caso el UBS. Así es también como se comparte el trabajo en otros países, empezando por Estados Unidos, donde la Reserva Federal tiene la misión de monitorear los llamados bancos sistémicos o “demasiado grandes para quebrar”. También en Gran Bretaña la distribución de tareas se acerca a este modelo.
Esta es también una sugerencia de la propia USB. Su presidente, Colm Kelleher, propuso hace unos meses basarse en el método americano. El BNS no comenta sobre una cuestión política.
Una solución de este tipo tendría varias ventajas. En particular, la independencia del banco central, consagrada en la Constitución, que lo protege mejor de las presiones de todos lados. Además, en caso de crisis, todo sucedería en el mismo lugar sin problemas de coordinación o intercambio de información.
Dudas sobre el filtro regulatorio
La estabilidad financiera ya es una de las tareas del BNS, pero con una visión del sistema y no de los establecimientos individuales, que permanecen en el registro de Finma. Por ello, ambas autoridades hablan periódicamente sobre los grandes bancos.
Durante estas discusiones, la autoridad monetaria expresó reservas sobre el famoso filtro regulatorio, puesto de relieve por la investigación parlamentaria. Este mecanismo, aprobado por Finma, permitió relajar los requisitos de capital, ocultando así la verdadera situación financiera de Credit Suisse en los meses anteriores a su caída.
Difusión del modelo británico
Pero los riesgos hacen que esa transferencia de responsabilidad sea delicada. Concentró mucho poder en manos del Banco Nacional, que ya tiene la tarea de garantizar la estabilidad de precios. Éste es el principal escollo planteado por el grupo de expertos sobre estabilidad bancaria, nombrado tras la debacle de Credit Suisse.
Estudió esta vía, en particular el modelo británico, antes de descartarla por este motivo y también porque vio un peligro de conflictos de intereses en las diferentes misiones. Asimismo, la comisión de investigación parlamentaria concluyó que no debería modificarse el reparto de responsabilidades.
Pero para el grupo de expertos y parlamentarios que dirigieron la investigación, las debilidades de Finma son evidentes. Si la solución no pasa por una transferencia de responsabilidad al BNS, habrá que resolverla de otra manera.
Mathilde Farine