Todo empezó a partir de las declaraciones realizadas por estos promotores en las ventanillas fiscales de Casablanca y Marrakech. Los inspectores de Hacienda sospechan de manipulación de las declaraciones tributarias y bloqueo del mecanismo de “aviso previo” previsto en el artículo 234 bis del Código General Tributario. Los “proyectos en cuestión se encuentran principalmente en zonas residenciales cuyo urbanismo ha sido modificado, en particular aquellas en las que las villas se han convertido en edificios residenciales”, informa Hespressindicando que estas transformaciones “fueron examinadas de cerca por las autoridades fiscales”. Este último observó graves incoherencias en las declaraciones de los precios de venta de los inmuebles.
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Los auditores fiscales descubrieron que los precios de las propiedades declarados por los promotores estaban a menudo muy por debajo de los precios de referencia del mercado, revisados periódicamente por la Dirección General de Impuestos (DGI) y la Agencia Nacional de Conservación de Tierras, Catastro y Cartografía. Estos promotores inmobiliarios habrían impuesto discretamente cantidades no declaradas a sus clientes, bajo títulos dudosos. Este fraude se ha intensificado en los últimos meses, provocando que los precios de la tierra se disparen y los costos de los materiales de construcción y la mano de obra aumenten, particularmente en el sector de viviendas de lujo. Además, la ausencia de nuevas propiedades de alta gama en el mercado, particularmente en Casablanca y Marrakech, donde la demanda sigue siendo extremadamente alta, ha empeorado la situación.
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Algunos promotores inmobiliarios han dirigido a sus clientes a notarios específicos. Una forma de eludir las disposiciones de la Ley N° 31-08 relativas a la protección al consumidor. También se les acusa de violar las normas al no solicitar una “opinión previa” de las autoridades fiscales antes de concluir las ventas, un procedimiento que supuestamente garantiza la transparencia fiscal de las transacciones. De hecho, han utilizado su posición dominante en el mercado para obligar a los clientes a abandonar este paso crucial, bajo la presión de decisiones rápidas relacionadas con la escasez de bienes. Los clientes también se han quejado de esto ante los servicios fiscales.
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Otros promotores inmobiliarios habrían blanqueado fondos que debían pagarse a las autoridades fiscales marroquíes. “Además del contrato principal de compraventa, exigen a sus clientes la firma de contratos adicionales, de “trabajos de acabado adicionales” o “materiales a pedido”, que pueden representar hasta el 25% del valor del inmueble”. No revelaron estos contratos a las autoridades fiscales.
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