Los trabajos de renovación de las centrales hidroeléctricas Bersimis 1 y 2, al norte de Forestville, están paralizados desde el martes por la mañana, ya que los trabajadores se niegan a continuar con las operaciones por razones de salud y seguridad.
El representante sindical regional del Sindicato de Operadores de Maquinaria Pesada, Bernard “Rambo” Gauthier, visitó el lugar esta semana para comprobar el hartazgo de los trabajadores. Estos últimos afirman que uno de los responsables de Hydro-Québec presentes en el lugar no toma en serio sus quejas, poniendo en riesgo su seguridad.
“Se ha ido al infierno. Los trabajadores ya están hartos y simplemente no quieren volver a verlo en el lugar de trabajo. […] Es innegociable, ha ido demasiado lejos”, afirma el colorido sindicalista que dice querer hacer un grito sincero para proteger a estos padres y madres.
Los empleados quieren evitar tragedias como las que ocurrieron en la obra de Romaine. Allí se han producido varios accidentes, entre ellos cuatro víctimas mortales.
Pared de roca considerada peligrosa
En 2017, se implementaron importantes medidas correctivas en la mega obra para mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores. “Rambo” Gauthier afirma, sin embargo, que esta estrategia para prevenir accidentes graves o mortales ya no se sigue con tanto rigor, si no en absoluto.
Un director de Hydro-Québec incluso mencionó a los empleados de la obra que no tenía presupuesto para asegurar un muro de roca, aunque un geólogo no se sentía cómodo con los riesgos de derrumbe.
En 2017, una situación similar le costó la vida a Luc Arpin en Romaine. Un segmento de una pared de roca se derrumbó antes de enterrarlo mientras operaba su excavadora. Según el CNESST, fue aplastado por 4.300 toneladas de roca. Sus restos fueron recuperados dos semanas después, ante el riesgo de otra caída.
“Una vida humana no debería tener precio. Duele ir a los funerales, apoyar a las familias y ver llorar a los niños. Muchos lo han vivido y nadie quiere volver a vivirlo, por eso queremos recuperar los estándares de excelencia que teníamos en materia de salud y seguridad en Romaine”, sostiene Gauthier.
Hydro se defiende
Por su parte, la empresa estatal asegura que actualmente no existen problemas financieros ni de cronograma respecto de los trabajos en el macizo rocoso. También dice haber observado que el muro planteaba riesgos desde el principio y que se demarcó un perímetro de seguridad antes de cualquier trabajo en esta zona.
“En primer lugar, la salud y la seguridad de los trabajadores en las obras de construcción son la prioridad absoluta de Hydro-Québec. Las obras de Bersimis 1 y 2 son seguras. No se produjo ningún accidente durante más de 73.000 horas trabajadas. […] Nunca se trató de obligar a los trabajadores a realizar actividades peligrosas y nadie se encontró en peligro”.
El representante sindical, que no comparte la misma opinión, desea sin embargo resolver la cuestión de una vez por todas para que conflictos de este tipo no se repitan en los grandes proyectos que se pondrán en marcha en los próximos años.