Después de un fuerte crecimiento, el sector de la microdestilería lucha en Quebec

Después de un fuerte crecimiento, el sector de la microdestilería lucha en Quebec
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MONTREAL – Después de experimentar un fuerte crecimiento durante la última década, el sector de la microdestilería actualmente está pasando apuros en Quebec.

El número de microdestilerías ha aumentado de unas diez a unas 70 en los últimos diez años.

Pero una señal de que las nubes se acumulan sobre sus cabezas: la Société des alcools du Québec (SAQ) ha decidido retirar hasta 200 de sus productos de sus lineales antes del invierno de 2025. A tiempo, actualmente, la cadena vende alrededor de 600 bebidas espirituosas quebequenses.

“El espacio que ocupan estos productos en nuestros estantes se liberará para dejar espacio a los artículos que los clientes desean. Estos artículos luchan por encontrar un lugar en una gran variedad de productos”, explicó la SAQ en un correo electrónico.

La SAQ dice que está trabajando con la Union Québécoise des Microdistilleries para implementar nuevas reglas en los próximos meses.

Las microdestilerías enfrentan una fuerte competencia, costosas regulaciones y una economía difícil, mencionan.

Según Paul Cirka, presidente de Distilleries Cirka, la decisión de la SAQ se explica también por el rápido crecimiento de un sector que ya no puede contar con espacios adicionales disponibles para vender sus productos. Algunos productores vendían sus productos a la SAQ y ésta los colocaba indiscriminadamente en sus lineales para ver cuáles llamaban la atención de los clientes.

“La SAQ creó este problema hasta cierto punto. Ella ya no sabe cómo afrontar este problema porque no tiene quién analice la situación”, sostiene. Cirka teme que la falta de visión de la SAQ pueda llevar a la eliminación de un producto prometedor porque no habría tenido suficiente visibilidad ni publicidad.

E incluso si las destilerías pueden vender sus productos directamente en sus instalaciones (la única otra manera permitida), deben remitir aproximadamente la mitad del precio de venta a la SAQ, sin incluir impuestos. En total, se trata de una cantidad mucho mayor de lo que otras provincias piden a sus pequeñas empresas.

“No hay ningún motivo para ceder nuestro margen a la SAQ si retira de su sucursal uno de nuestros productos, un producto que seguimos vendiendo”, comenta el Sr. Cirka.

Samuel Gaudette, cofundador de la Ditrillerie Comont, establecida en Estrie, afirma que la SAQ cometió un error al no controlar los productos que tenía en stock desde el principio.

Él cree que eliminar productos sin dar a los productores otro espacio para venderlos “definitivamente asfixiará a los actores más pequeños, particularmente a aquellos que recién están comenzando”. Añade que la decisión perjudicará la creatividad.

“Al eliminar productos más especializados que necesariamente se venden menos, la SAQ envía a los destiladores un mensaje simple: están buscando productos masivos para maximizar sus ventas y satisfacer a sus clientes en general”, escribe Gaudette en un correo electrónico.

Joëlle Bolduc, copropietaria de la microdestilería de tortés Les Esprits, establecida en Assomption, en Lanaudière, se muestra cautelosamente optimista sobre las ambiciones de la SAQ de demostrar un mayor discernimiento en la elección de los productos que ofrecerá a sus clientes.

“Hay destilerías que ofrecen seis tipos diferentes de ginebra. ¿Realmente necesitamos tanta ginebra de una destilería? Y más allá de eso, ¿realmente necesitamos 300 tipos de ginebra en Quebec?

Pero incluso si el SAQ se ajusta, no resolverá los problemas de las microdestilerías.

Señala que varias destilerías conocidas cerraron sus puertas o se colocaron bajo la protección de la Ley de Arreglo de Acreedores durante el año pasado. Las causas las atribuye a la pandemia de COVID-19, a la desaceleración económica, al creciente número de empresas y al modelo de ventas muy restrictivo en Quebec.

La señora Bolduc señala que debe donar la mitad de sus ventas a la SAQ aunque ésta no almacene sus botellas.

“Solo vendemos nuestros productos en la destilería, pero tengo que remitir el 52% del precio de venta a la SAQ, si no me han ofrecido un servicio de marketing”.

Según los tres destiladores que conocimos, la forma más fácil de ayudar a las microdestilerías sería darles mayor libertad para vender sus productos, especialmente en restaurantes, en un mercado público o en un sitio de Internet. También creen que debería reducirse el reembolso al SAQ para las botellas vendidas sin su ayuda.

Por su parte, la SAQ dice que está examinando la posibilidad de establecer “canales alternativos” para la venta de productos, sin más detalles.

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