El Frente para una Revolución Antiimperialista, Popular y Panafricana (FRAPP) se ha consolidado como una voz importante en el panorama activista senegalés. Fundado en 2017, este movimiento moviliza a los ciudadanos en torno a la noción de soberanía nacional y panafricana, oponiéndose a lo que describe como “imperialismo económico y político”.
Desde sus inicios, el FRAPP ha estado asociado a lemas como “¡Francia fuera!” », que ilustra una crítica a la influencia económica y política francesa en Senegal. Sin embargo, como informó Sud Quotidien, esta lucha va más allá del simple marco antifrancés y apunta a todo el imperialismo, cualquiera que sea su origen. Esto incluye campañas como “Auchan Get Out” y “China Mall Get Out”, que reflejan el compromiso del movimiento de defender las empresas locales contra la competencia extranjera, con el objetivo de promover los derechos económicos de la población local.
En el plano económico, el FRAPP cuestiona los contratos considerados desfavorables con multinacionales, especialmente en sectores estratégicos como el petróleo, el gas y la minería. El movimiento pide una gestión equitativa de los recursos naturales de Senegal para dar prioridad a sus ciudadanos, un punto destacado periódicamente en los análisis de Sud Quotidien.
En términos de democracia y justicia social, el FRAPP aboga por reformas para garantizar una verdadera democracia con instituciones transparentes. El movimiento enfatiza la necesidad de combatir el abuso de poder y garantizar una distribución justa de la riqueza, facilitando así el acceso a derechos fundamentales como la salud, la educación y el empleo.
Adoptando una perspectiva panafricana, el FRAPP desarrolla una visión de la unidad africana, esencial según ellos para superar los desafíos comunes, incluida la autosuficiencia alimentaria, la lucha contra la corrupción y el desarrollo sostenible. El movimiento considera que la emancipación del continente requiere una solidaridad reforzada entre los pueblos africanos.
El FRAPP, como se describe en el artículo de Sud Quotidien, va más allá de un simple movimiento de protesta. Es un deseo de reimaginar la soberanía no sólo para Senegal, sino para todo el continente africano.