Los Bleus en su burbuja antes de desafiar a Bélgica

Los Bleus en su burbuja antes de desafiar a Bélgica
Los Bleus en su burbuja antes de desafiar a Bélgica
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Descanso familiar, entrenamiento fuera de la vista: los ‘bleus’ están encerrados en una burbuja desde hace cuatro días, señal de que la tensión empieza a aumentar seriamente a medida que se acerca el partido de octavos de final de la Eurocopa 2024 contra Bélgica, el lunes en Düsseldorf (18.00 horas).

Didier Deschamps utilizó una fórmula trillada tras el último partido del Grupo D contra Polonia (1-1) el martes: “Empieza otra competición”. El cliché es tan antiguo como el fútbol, ​​pero adquiere todo su significado al final de una primera ronda con un desafío deportivo muy relativo, ya que debido a la fórmula de 24 equipos, sólo 8 naciones regresaron a casa antes de la fase de eliminación directa.

Por fin empezarán cosas serias y, con ellas, una nueva forma de preparar las reuniones. Sobre todo porque, después de partidos muy igualados en la primera ronda, los jugadores de la selección francesa tienen dos días adicionales de descanso antes de enfrentarse a los Diablos Rojos.

El miércoles, los Bleus tuvieron derecho a una jornada familiar para recargar pilas y despejarse después de un comienzo flojo de torneo, ya que el capitán Kylian Mbappé se distinguió notablemente por acudir a una bolera en la ciudad de Paderborn, cerca de los Bleus. Campamento base en Bad Lippspringe (Renania del Norte-Westfalia).

Al día siguiente se reanudó el trabajo, esta vez con mucha mayor intensidad que en sesiones anteriores. Concentración, implicación y, sobre todo, mucha más precisión técnica: los franceses de repente volvieron a ser muy estudiosos a la hora de afrontar los partidos difíciles.

Deschamps también aprovechó la oportunidad para hablar con sus jugadores, sólo para aclarar las cosas y volver a involucrarlos.

El centrocampista de la selección francesa Eduardo Camavinga, durante una rueda de prensa previa a los octavos de final de la Eurocopa 2024 contra Bélgica, el 29 de junio de 2024 en Paderborn (Alemania) / FRANCK FIFE / AFP

“No necesariamente nos sacudió pero nos dijo que lo más importante es lo que sucede. Lo que pasó es pasado, está olvidado y ahora hay que centrarse en el futuro”explicó el sábado el centrocampista Eduardo Camavinga.

“Otra dimension”

“Tuvimos un poco de tiempo con nuestras familias. El entrenador nos llevó a todos al día siguiente. Tuve la sensación de que estábamos entrando en otra dimensión. Ya no hay tiempo para cálculos. Para eso jugamos al fútbol”añadió el sábado el defensa Ibrahima Konaté.

El defensa de la selección francesa de fútbol Ibrahima Konaté, durante una rueda de prensa antes de los octavos de final de la Eurocopa 2024 contra Bélgica, el 29 de junio de 2024 en Paderborn (Alemania) / FRANCK FIFE / AFP

Otro cambio de hábitos: desde el viernes los entrenamientos se desarrollan a puerta cerrada, estando abierto a la prensa sólo el primer cuarto de hora del sábado y domingo.

“Nos recuperamos bien, ayer nos hizo bien ver a nuestras familias y seres queridos. Físicamente estamos bien”afirmó el jueves el defensa William Saliba.

La incomparable experiencia de Deschamps, tanto como jugador como como técnico, tampoco es despreciable a la hora de gestionar con éxito esta transición entre dos periodos competitivos completamente diferentes. El entrenador está bien situado para saber que una primera ronda fallida no es prohibitiva para el futuro y que no tiene sentido dramatizar demasiado la situación.

Éste es, sin duda, también el sentido de su discurso, que puede haber parecido algo desconectado de la realidad, tras el lamentable empate sufrido ante Polonia.

“No estoy decepcionado, en absoluto”, aseguró Deschamps. El objetivo era conseguir el primer puesto, hicimos lo que teníamos que hacer. Me habría preocupado mucho más si no hubiéramos tenido oportunidades. »

“El entrenador se siente muy bien. Es lo mismo de siempre. Él da consejos. Es alguien muy importante para mí y para el equipo”, afirmó el jueves el defensa central Dayot Upamecano, desestimando las sospechas de distanciamiento del grupo y el nerviosismo entre el entrenador. Al menos hasta el lunes, la unión de los Bleus es sagrada.

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