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Después de la Segunda Guerra Mundial, ya no estaba de moda defender la obra de Benito Mussolini. Cuando mencionábamos el doctorado honoris causa que le había concedido la Unil, a menudo oíamos coartadas: al menos un error de casting, o incluso una trampa tendida por la diplomacia fascista. Hoy en día, tras el Libro Blanco de 1987, las diversas investigaciones y el informe del comité de expertos de 2022, estos argumentos ya no funcionan tan bien como antes. En 1937, sabíamos que el fascismo italiano reprimió internamente toda oposición y sabíamos, después de la conquista de Libia y Etiopía, que era un gobierno depredador externo. Sabemos también que Mussolini apeló a Suiza.
Precisamente esta fuerza de atracción en territorio suizo fue la que el historiador Marc Perrenoud analizó para comprender el contexto de estos honores universitarios otorgados a Mussolini en 1937.
Enlace: Información sobre la conferencia “Presencias fascistas en Suiza. En torno al doctorado honoris causa de Benito Mussolini (1937)” y la exposición “Doctor Mussolini. Un pasado sensible”: https://www.labo-histoire.ch/evenement/pour-une-histoire-globale-du-fascisme/.
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