Miniserie británica transmitida por Arte este 21 de noviembre a las 20.55 horas, El código asesino explora un caso criminal histórico de la década de 1980 y la génesis de las huellas genéticas, utilizadas por primera vez para resolver asesinatos. Escrito por Michael Crompton (inspector barnaby, Casos no clasificados) y dirigida por James Strong (iglesia ancha, médico que) de 2015, esta producción de tres episodios se inspira en una historia real y revela los inicios de las pruebas de ADN, una revolución ahora imprescindible en la criminología.
Entre la investigación policial y la destreza científica
En noviembre de 1983, se encontró el cuerpo de Lynda Mann, de 15 años, cerca de Leicester. A pesar de los esfuerzos del inspector jefe David Baker (David Threlfall), la investigación se estanca. Tres años después, otra adolescente, Dawn Ashworth, también de 15 años, fue asesinada en circunstancias similares. Convencido de que los dos asesinatos están relacionados, Baker recurre al genetista Alec Jeffreys (John Simm), quien recientemente ha desarrollado una técnica revolucionaria para identificar a un individuo utilizando su ADN.
Esta innovación, utilizada por primera vez en una investigación criminal, permite exonerar a un primer sospechoso, un joven acusado injustamente. Lo que siguió fue una cacería a una escala sin precedentes: más de 5.000 hombres de la región fueron sometidos a muestras de sangre, un proceso importante para la época.
Este método finalmente condujo al arresto de Colin Pitchfork, el verdadero culpable. Como telón de fondo, la serie pinta un retrato de una Inglaterra marcada por sus dificultades económicas y una policía aún ajena a los avances científicos, al tiempo que relata una etapa fundacional en la evolución de la criminología moderna.
Los críticos franceses bastante seducidos
Nueve años después de su creación, El código asesino Sigue conquistando la prensa francesa. Para Teleramala serie “ilumina un episodio fundacional de la criminología” gracias a “una intriga de alto nivel” y actuaciones notables, en particular las de David Threlfall y John Simm.
Por su parte, Humanidad destaca una obra “sobrio y muy bien documentado”que destaca los inicios del uso del ADN en criminología al tiempo que trata con sensibilidad los dramas humanos relacionados con el caso. La dirección de James Strong es elogiada por su capacidad para mantener la tensión y la autenticidad.
La elegante dirección de James Strong, combinada con un guión preciso, evita los peligros del sensacionalismo para ofrecer una inmersión cautivadora en una realidad compleja. La atmósfera pesada y la tensión dramática transportan al espectador al corazón de las esperanzas y dudas de los protagonistas. Al combinar el rigor científico con la emoción de la investigación, la serie podría trascender los códigos de la ficción policial tradicional.
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