Era un momento ajetreado al final del día en el supermercado “Mercadona” de Paiporta (España), esta localidad de 25.000 habitantes situada al sur de Valencia. El martes 27 de octubre, las inundaciones provenientes de los cerros luego de lluvias torrenciales atravesaron la ciudad y se precipitaron hacia el estacionamiento del supermercado. ¿Cuántos clientes quedaron atrapados en los cientos de metros cuadrados del sótano? ¿Cuántos intentaron recuperar sus coches? ¿Cuántos lograron salir a tiempo? Nadie lo sabe, pero nadie puede ignorar que el agua alcanzó los dos metros en toda la ciudad.
Durante tres días, las prioridades estuvieron en otra parte, y si había alguna esperanza de encontrar supervivientes, no podían estar allí, bajo esta considerable masa de agua. También fue necesario despejar el paso, una maraña de coches, retirándolos uno a uno, para que los bomberos pudieran llegar al lugar con equipo pesado.
El sábado por la mañana, finalmente, más de tres días después de las torrenciales lluvias, las bombas comenzaron a evacuar el agua. Miles de metros cúbicos de agua turbia. “Es muy largo porque es muy grande”señala Raoul Plou Martínez, bombero del norte de España que vino a apoyar a sus colegas de la región de Valencia, completamente abrumados por la magnitud de la crisis. Dos bombas han estado funcionando durante ocho horas y el nivel ha bajado sólo un metro. “Tomará días. Tememos lo peor”añade un soldado de la Unidad Militar de Emergencias (UME), unidad del ejército especializada en socorro. Sólo entonces los bomberos podrán explorar el aparcamiento y el interior de los vehículos.
Los buzos exploran el barro
¿Cuántos desaparecidos en el “Mercadona”? ¿Cuántos cadáveres hay en los numerosos aparcamientos subterráneos de la ciudad? ¿En las de Alfatar, Benetusser o Picanya? ¿En toda la región? La pregunta está en la mente de todos, cuatro días después de las mortíferas inundaciones, cuyo balance provisional arroja 211 muertos en Valencia y otros tres en el resto del país.
Las autoridades están haciendo gala de una relativa transparencia, sin duda para no acentuar aún más la ansiedad y la ira, a riesgo de fomentar los rumores. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, habló este jueves “Decenas y decenas de desaparecidos” mientras que el número de muertos fue de 155. Según los medios españoles, varios miles de personas fueron reportadas como desaparecidas en las horas posteriores a la crisis, una señal de la magnitud del caos en las ciudades afectadas. El restablecimiento de los medios de comunicación ayudó a despejar las dudas de un gran número de ellos, quienes pudieron contactar con sus seres queridos, con las autoridades o regresar a sus hogares.
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