¿Dónde podemos encontrar los billones de dólares necesarios para la transición ecológica, particularmente en los países en desarrollo? ¿Y cómo podemos hacer que los contaminadores paguen por sus daños? Para responder a estas preguntas, en 2023 se creó un grupo de trabajo sobre “impuestos solidarios”, liderado por Francia, Kenia y Barbados. Dio sus primeras directrices el jueves 14 de noviembre al establecer una lista de posibles impuestos -y de ingresos previstos- sobre los combustibles fósiles, el transporte aéreo y marítimo, las transacciones financieras o incluso el plástico, las criptomonedas y los superricos. Una cuestión de financiación y de capital en el centro de los 29mi Conferencia de las Partes sobre el Clima (COP29), que se celebra en Bakú.
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“Los compromisos financieros públicos actuales no son suficientes, por lo que debemos considerar los impuestos”lanzó el martes la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, desde el podio de la COP29, apuntando a los sectores con altas emisiones que se están enriqueciendo sin hacer su “parte justa” en el esfuerzo climático global. “Entre el sector marítimo, el de la aviación y el de los combustibles fósiles, rondamos fácilmente los 350 mil millones de dólares al año”estimó.
En Bakú, los países deben adoptar un nuevo objetivo de financiación climática global. Debe reemplazar el establecido en 2009, que preveía que los países ricos movilizaran 100 mil millones de dólares en ayuda anual para los países en desarrollo, suma alcanzada en 2022, con dos años de retraso. Incluso si se revisa al alza, el futuro objetivo financiero seguirá estando lejos de las necesidades, que ahora ascienden a billones de dólares. De ahí la idea de desarrollar la denominada financiación “innovadora”, que es “factible, escalable y equitativo”.
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Los expertos del grupo de trabajo proponen primero un impuesto al transporte marítimo internacional, que consideran la propuesta “el más maduro”. Este sector representa el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Un impuesto de 150 a 300 dólares por tonelada de CO equivalente2 podría generar hasta 127 mil millones de dólares por año entre 2027 y 2030, una dotación que luego se reduciría hasta 2050. La idea de tal tasa es una de las opciones del plan de acción que la Organización Marítima Internacional debe presentar en 2025. para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
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