“Sin llanto, sin aliento, ya se había ido” – LINFO.re

“Este año 2025 comienza para mí con el corazón apesadumbrado, en búsqueda de sanación. Hay pruebas para las que nada puede prepararse, pruebas que ponen todo patas arriba y nos transforman para siempre.
En el año 2024 tuve la inmensa alegría de saber que iba a ser madre por tercera vez. Un niño pequeño, Khalil. Un embarazo vivido en una burbuja de amor, como un tesoro que quería proteger. Soñé con el día en que pudiera decirte: “Gracias a Dios tuve mi tercer hijo. »
Y esta verdad es indiscutible: soy madre de tres hijos.
Pero la vida, a veces, nos enfrenta a lo impensable. El 17 de noviembre di a luz a Khalil en un silencio escalofriante. Sin llanto, sin aliento. Mi hijo ya se había ido. Ese día descubrí un dolor que no hay palabras que puedan describir: dar la vida y tener que decir adiós en el mismo momento.
Lo abracé, memorizando cada detalle de él en mi corazón. Su rostro tan tranquilo, sus manitas tan perfectas. Este momento, lleno de amor, fue también un adiós. Unos días después, tuve que acompañar a Khalil a su lugar de descanso final, un acto tan desgarrador que ninguna madre debería tener que vivirlo.
Desde ese día, cada momento ha sido una batalla. Khalil existió. Marcó mi vida y transformó mi alma para siempre. Ya no soy quien era antes de él. Me enseñó la fuerza en la fragilidad, el amor en la ausencia y la belleza de un vínculo que trasciende el tiempo.
Comienzo este nuevo año con un corazón que oscila entre el dolor y la esperanza. Pero me aferro a mi fe y a la idea de que Khalil tenía una misión mucho mayor de la que puedo entender hoy. Aunque su estancia fue breve, dejó en mí una huella imborrable.
A todos los que están pasando por pruebas invisibles y silenciosas, quiero decirles que no están solos. Cada dolor que cargamos nos convierte en una versión diferente de nosotros mismos, más profunda, más consciente.
Khalil, mi hijo, mi ángel. Te fuiste demasiado pronto, pero mientras yo viva, tú vivirás en mí”.