“Requiem(s)”, el magistral ballet de la muerte de Angelin Preljocaj

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“Requiem(s)”, de Angelin Preljocaj, en el Grand Théâtre de Provence, en Aix-en-Provence (Bouches-du-Rhône), 17 de mayo de 2024. DIDIER PHILISPART

Desamor, impotencia, ira, tristeza, colapso, resignación, todos los colores del luto se recorren en el espectáculo. Réquiem(s), de Angelin Preljocaj. Esta masa emocional se deja llevar por un torbellino de danzas que suben y bajan, hacen piruetas y giran, entran en pánico y se congelan. Y es la rabia de los vivos la que, afortunadamente, toma la delantera en el espectáculo de rock final, con gritos y saltos, de esta magistral pieza de lamento que triunfa desde el 23 de mayo en La Villette, en París.

El tema de la muerte ha trastornado muchos espectáculos de teatro y danza en los últimos años. Por primera vez después de cuarenta años de trabajo y sesenta creaciones, Angelin Preljocaj, figura destacada de la escena contemporánea desde los años 1980 y más que nunca en la vanguardia, aborda este motivo delicado y complejo. En 2023, perdió a su padre y a su madre, así como a sus amigos, y sintió la necesidad de formalizar esta prueba tan particular de separación definitiva. Entre ritualización y teatralidad, Preljocaj, director del Centro Coreográfico Nacional de Aix-en-Provence (Bouches-du-Rhône), ha creado un gran y bellísimo ballet para diecinueve intérpretes con variaciones coreográficas y musicales (nada menos que una veintena de variedades). piezas – que no nos dejan ir.

Lea la encuesta (2024) | Artículo reservado para nuestros suscriptores. El duelo en el corazón de la danza

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Del nacimiento al reino de los muertos, del capullo al ataúd, de la desnudez original a la del cadáver, Réquiem(s) ofrece un viaje por la vida donde lo individual y lo colectivo se dan la mano. Sobre Réquiem de Ligeti o el lacrimosa de Mozart, la soledad desaparece en dúos soberbios, muy numerosos, se disuelve en grupos efervescentes, vuela en movimientos de multitud que corren y trazan. La construcción general de la sala mantiene una ebullición permanente, distribuyendo entradas y salidas. Las luces, firmadas por Eric Soyer, pintan el escenario de abajo hacia arriba como un rodillo de pintura, cuando no rodean a los personajes blancos y negros de esta oración que no dice su nombre. La noche siempre gana, incluso cuando esté bañada por relámpagos.

Asunto peligroso

La paradoja de esta pieza, que retoma el desafío de un tema peligroso revisitado en un espectacular gran formato, reside en la manera en que el temblor existencial provocado por la desaparición de aquellos a quienes amamos se encuentra, de algún modo, suavizado, calmado por la escritura clara de Angelin Preljocaj. Tamiza las tensiones físicas y mentales de quienes permanecen en haces de líneas claras cuyos segmentos, por muy nerviosamente articulados que estén, siguen siendo precisos. Si el vocabulario de este entusiasta del gesto se renueva y suaviza al mismo tiempo que se desarrolla su sentido del espacio, brilla su gusto por la geometría. Composiciones en triángulos, círculos enredados, escenas grupales, a menudo al unísono, arrojan brillo óptico.

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