Era el rayo de sol en la niebla que rodeaba al club y su futuro. Un soplo de aire fresco para una entidad reducida a su más simple expresión por encima de la Sub-15. Es también la locomotora por la que, fiel a su estrategia, el propietario Gérard López decidió apostar fuerte para tener más posibilidades, en caso de repunte, de financiar un plan de continuación. El refrescante halo de despreocupación del equipo de Burdeos N2 desapareció, el sábado, ante el Locminé (1-2), con los primeros pitidos de la temporada, las primeras críticas, las expulsiones del capitán (Yambéré) y del vicecapitán (Trichard). . Y sobre todo una brecha (11 puntos) que persiste con el líder Saint-Malo, que ahora sólo tiene un partido menos.
La primera derrota de la temporada, el 7 de septiembre en Dinan (2-1), fue casi alentadora, con una plantilla formada en la quincena anterior e incompleta. El segundo es más amargo, con lo que han demostrado estos bordeleses hasta ahora: octubre y noviembre (Saumur 2-1, Avranches 1-0, Blois 1-1, Saint-Pryvé 2-0, Le Poiré 1-0, Saint- Malo 1-1) había creado la esperanza de verlos pronto volver al contacto. En la batalla, Yambéré y sus compañeros no se acostumbraron a ser empujados en los duelos como lo hacían.
“Individualmente no estuvimos a la altura”, lamenta el delantero Yanis Merdji. A veces nada sale bien. Sabíamos que sería complicado, quizás llegamos con un poco de aprensión y hubo más derroche técnico de lo habitual”. Bruno Irles continúa: “Contra el Girondins, el rival está jugando el partido de su vida. Al menos debemos estar a la altura de lo que somos capaces de hacer. »
Estancamiento en el juego
El entrenador subrayó que el desempeño de esa noche no era “sólo una cuestión de estado de ánimo”. El retraso (falta de preparación común, contratación tardía) no se compensará. Pero con una plantilla casi tan extensa como la de un club profesional (el preparador físico Jean-Christophe Hourcade llegó hasta ocho personas a tiempo completo), un presupuesto sin precedentes a este nivel y cuatro meses comunes, el Girondins tiene un estatus que asumir.
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Tras el retraso en el inicio, el Girondins llegó al parón del campeonato casi en la posición esperada. Pero el encuentro del sábado (0-1 en Vendée) demostró que tendrán que intensificar su juego para intentar preocupar a Saint-Malo.
Desde Saint-Brieuc (0-0) el 7 de diciembre, y a pesar del éxito arrebatado a La Roche-sur-Yon (0-1), dan la impresión de estancarse en el juego y son mejor leídos. Las carencias actuales en la plantilla son más evidentes: la permanencia de Nathanael Bai como extremo puede parecer un desmentido para Diallo, Mutyaba y Karim. “Amadou y Travys regresaron más tarde del descanso (jueves, ndr.) y no estaban preparados para empezar”, explicó Bruno Irles.
La entrada del extremo Mutyaba en el centro del campo también pone de relieve la falta de creatividad en el mediocampo, que Karim debería haber aportado. La ventana de transferencia debe llenar estos vacíos. Las cualidades del poder y las transiciones siguen presentes. Un poco antes del ecuador del campeonato (13 partidos de 30 disputados), la batalla no ha terminado: “No hay forma de retroceder. Sabemos que tendremos que ganar todos los partidos. Tenemos que trabajar para ello”, afirma Yanis Merdji, antes de enfrentarse a los dos últimos de la clasificación (Granville y Le Poiré-sur-Vie). Comienza la parte difícil.