Incluso con equipo de protección avanzado, los jugadores de la NHL nunca están completamente a salvo de lesiones y la cara sigue siendo una de las áreas más expuestas. A pesar de las viseras obligatorias que cubren parcialmente la cara superior, los jugadores aún corren el riesgo de impactos de discos, palos altos o colisiones inesperadas.
Estos incidentes pueden provocar cortes, fracturas o lesiones oculares graves y Thomas Chabot acaba de darnos un ejemplo bastante violento.
El defensa de los Senadores recibió un golpe en la cara.
Sens no dio ninguna actualización oficial durante el juego, pero parece que Chabot no podrá terminar el juego. Su situación para el jueves contra las Capitales no está clara.
Este riesgo constante forma parte de la realidad del hockey, donde la velocidad y la intensidad del juego aumentan la probabilidad de accidentes. Aunque los estándares de seguridad continúan mejorando, todos los jugadores saben que ni siquiera el equipo más sofisticado puede eliminar todos los peligros.
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