El cielo está despejado, el camino está despejado, la resistencia es baja. Su equipo, dispuesto a actuar desde los primeros minutos, con ráfagas de decretos presidenciales. Si bien Donald Trump regresará a la Casa Blanca el lunes 20 de enero, al finalizar la ceremonia de toma de posesión, el contraste con el inicio de su primer mandato es sorprendente. Es también una medida de la hazaña política lograda por el multimillonario, que logró recuperar el poder, a pesar de su papel en el intento de golpe de Estado tras su derrota en 2020.
Mientras que, en enero de 2017, Donald Trump avanzaba con pasos inciertos, descubriendo el aparato federal y sus complejos circuitos, constituyendo un equipo improvisado y sin coherencia, el presidente electo vivió esta vez un período de transición hacia la nada. otros similares. Mientras Joe Biden se volvía inaudible y casi invisible, Donald Trump se consolidaba como la encarnación del país. Sólo hay un presidente en el poder, dice el refrán político. Sin embargo, pareció enmendado cuando el multimillonario fue a París para la reapertura de Notre-Dame y habló con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. O cuando inició públicamente un enfrentamiento con México y Canadá por los derechos de aduana, o con Panamá por la operación del canal.
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